El francés Johan Clarey, que al capturar, con 41 años, la plata en el descenso de los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022 se convirtió en esquiador alpino más veterano de la historia en ganar un trofeo olímpico, explicó en Yanqing que ese "récord es lo de menos", porque "lo importante es la medalla".
"No lo he asumido aún, espero hacerlo de aquí a unas horas", comentó a las televisiones, en la zona de meta de la pista de Yanqing, Clarey, que cuenta nueve podios pero no conoce la victoria en la Copa del Mundo de esquí alpino, en la que, sin embargo, festejó hace dos semanas un segundo puesto en uno de los dos exigentes descensos disputados en Kitzbühel (Austria), donde logró cuatro de sus 'cajones' en la competición de la regularidad.
"Mi plan era éste, llegar a tope físicamente a enero; y así ha sido, porque me ha salido todo perfecto, también con ese segundo puesto en Kitzbühel. Aquí sabía que había hecho una muy buena bajada, pero en un descenso nunca sabes", explicó el esquiador de Annecy, que, entre risas, negó la posibilidad de volver a ser olímpico dentro de cuatro años.
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"No, no. Es posible que siga un año más; pero cuatro seguro que no", apostilló Clarey tras protagonizar su particular bombazo deportivo este lunes en Yanqing.
El austriaco Matthias Mayer, doble campeón olímpico -de descenso, en los Juegos de Sochi (Rusia), hace ocho años; y de supergigante, en los de PyeongChang (Corea del Sur), hace cuatro- se dio por satisfecho con su tercera plaza.
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"Perdí algo en la parte alta de la pista, en el primer sector, porque no fue mi mejor arranque. Pero hay que felicitar a Beat Feuz por su victoria. Yo estoy muy contento con este bronce", señaló Mayer tras acabar tercero la prueba reina del esquí alpino en los Juegos de Pekín 2022.