A pesar de que dispusieron de ocasiones claras durante el encuentro, los ‘blues', que reclamaron penalti al árbitro en dos ocasiones, no fueron capaces de sobrepasar al equipo local, que desaprovechó una valiosa oportunidad en los minutos finales que pudo cambiar el resultado.
Sin el marfileño Didier Drogba, en el fútbol chino, como referencia en el ataque, esta temporada se presenta como una campaña dulce para el español Fernando Torres, que mostró un fútbol desacomplejado en el inicio del curso y parece haber superado el bloqueo que sufría desde su llegada a Londres en enero de 2011.
Torres vio, sin embargo, como su juego quedaba esta tarde lastrado por la ausencia en el centro del campo de su compatriota Juan Mata, siempre dispuesto a nutrir de balones al ‘Niño'.
Ante la semana del inicio de la Liga de Campeones, el técnico Roberto di Matteo resolvió que Mata continuara por el momento su descanso.
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Quien sí estuvo sobre el césped fue el defensa John Terry, que no había podido jugar con Inglaterra frente a Ucrania el pasado martes pero que este sábado estaba recuperado, y que se erigió como el centro de la polémica en el encuentro.
El excapitán de la selección inglesa volvió a encontrarse cara a cara con su compatriota Anton Ferdinand, a quien dirigió insultos racistas la pasada temporada, por lo que pasó este verano por los tribunales de justicia ordinarios, que lo absolvieron de un delito de alteración del orden público a pesar de que el juez acreditó que Terry profirió frases de carácter discriminatorio.
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A pesar de la sentencia a favor del defensa, Ferdinand escenificó su enfado y dejó claro que no perdonó a Terry al negarse a tenderle la mano al principio del encuentro, como ya había advertido que haría, a pesar del llamamiento por parte de las directivas del Chelsea y del QPR para superar el incidente y no avivar la polémica.
Al inicio del duelo, cuando los jugadores locales del Queens Park Rangers saludaron uno a uno a los futbolistas de los ‘blues', puestos en fila, Ferdinand decidió pasar de largo de Terry y dar la mano directamente al siguiente jugador, el portero Petr Cech.
Quizás alentados por la polémica, los locales salieron conjurados para dificultar el avance del Chelsea, que aún no había dejado escapar punto alguno en esta Premier.
El QPR decidió plantar cara a los ‘blues' bajando el balón al césped y fabricando ocasiones que pusieron en aprietos más de una vez a Cech y a la defensa visitante.
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El Chelsea no era capaz esta tarde de trenzar jugadas de peligro en la zona decreación, y poco a poco fue perdiendo el dominio del juego ante un QPR que llegó a ostentar una posesión del balón cercana al sesenta por ciento en el segundo tiempo.
Los ‘blues' no pudieron pasar del empate al final de un encuentro que pudo haberse decantado a favor del QPR si el inglés Bobby Zamora no hubiera desaprovechado una ocasión clara en los minutos finales.
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