El final del partido, válido por la 16ta fecha del torneo Final del fútbol argentino, encontró a los jugadores de Unión festejando eufóricamente abrazados en el medio de un estadio vacío. Tristemente, no pudieron compartir esa alegría con su público, ya que las autoridades provinciales obligaron a jugar a puertas cerradas por "razones de seguridad".
La derrota del lunes ante San Lorenzo había mandado a Unión al descenso, con cuatro partidos por jugar, y el destino quiso que el primero fuera nada menos que el clásico santafesino ante Colón.
El triunfo como local, gracias al gol de Damián Lizio, de penal, le sirve a todo Unión como un pequeño consuelo ante la pérdida de la categoría.
"Este triunfo es para el grupo, para el club, y principalmente para la gente, que está dando un ejemplo. Sabíamos que nos estaban apoyando", dijo emocionado el capitán Oscar Limia. "El descenso no me lo saca nadie, tengo una tristeza enorme, pero éste es un grupo espectacular y tuvimos este premio. El equipo está con la frente alta."
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El partido fue de ida y vuelta y hubo posibilidades para los dos. Colón empezó y terminó mejor, aunque no pudo convertir (excepto en una ocasión en que le fue mal anulado un gol a Emmanuel Gigliotti). Unión, en cambio, tuvo su momento y lo capitalizó con el tanto de Lizio a los 52 minutos.
"Estos partidos son especiales, había que jugarlo con el corazón", dijo el defensor local Emanuel Brítez. "Este equipo dejó todo, es un orgullo ver a estos chicos peleando todos los partidos sin que se nos dieran los resultados. Gracias a Dios pudimos ganarle al rival de toda la vida y ahora podemos festejar un poco".
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