Rodgers, fichado procedente del Swansea después de la gran labor realizada en el conjunto galés la pasada temporada, no pudo empezar su andadura como entrenador del Liverpool con una victoria y claudicó sin contemplaciones ante un West Brom dirigido por Steve Clarke, antiguo segundo entrenador ‘red'.
El norirlandés, que intenta practicar en Liverpool el mismo tipo de fútbol de toque y pases cortos que impuso en el Swansea, planteó su clásico sistema de 4-3-3, con un centro del campo comandado por Steven Gerrard, un ya recuperado Lucas Leiva y con uno de los dos nuevos fichajes de este verano, Joe Allen.
Así, Rodgers decidió dar entrada en el once al galés Allen, pupilo suyo en el Swansea la temporada pasada, en detrimento de Charlie Adam y Jordan Henderson, contrataciones de Kenny Dalglish.
El ataque estuvo liderado una vez más por el uruguayo Luis Suárez y apoyado en las bandas por el inglés Stewart Downing y el joven italiano Fabio Borini, el segundo de los nuevos fichajes.
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Ambas contrataciones, en las que el Liverpool se gastó cerca de 26 millones de libras (33 millones de euros), mostraron su evidente falta de acoplamiento a su nuevo equipo y apenas entraron en juego durante los 90 minutos.
Pese a los grandes nombres y a los buenos propósitos del conjunto de Rodgers, el West Brom, mejor plantado sobre el césped de The Hawthorns, no dio ninguna opción a su rival, que se adelantó en el marcador poco antes del descanso merced a un gran gol de bella factura, obra del húngaro Zoltan Gera.
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A los doce minutos de la reanudación, el árbitro Phil Dowd pitó un polémico penalti al defensa danés Daniel Agger, expulsado por ser el último hombre, por una falta dentro del área al delantero Shane Long.
El guardameta del Liverpool, Pepe Reina, detuvo el mal lanzamiento del propio Long, que disparó flojo y al centro. Esto permitía a los de Rodgers no perder la fe en el encuentro, pese a jugar con diez futbolistas los 33 minutos restantes.
Sin embargo, otro penalti, esta vez obra de Martin Skrtel a Long, fue ejecutado por el delantero nigeriano Peter Odemwingie, que no falló y subió el 2-0 al electrónico en el minuto 64.
Trece minutos después, fue el belga Romelu Lukaku, delantero cedido por el Chelsea, quien anotó el tercer tanto de los ‘baggies' después un certero cabezazo tras un centro desde la izquierda de Liam Ridgewell.
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Pese a que Rodgers dio entrada a un nuevo delantero, el inglés Andy Carroll, por el que el Liverpool pagó 35 millones de libras (cerca de 32 millones de euros), el marcador no se movió.
Este resultado hace que el técnico norirlandés comience su andadura en el banquillo ‘red' con una dolorosa derrota que no hace otra cosa que poner de manifiesto que su equipo sigue todavía en fase de construcción
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