Marcos Gamarra confesó que el elenco paraguayo está atrasado en el pago desde hace cuatro meses y por eso le tocó buscar dinero haciendo otra labor. Sin embargo, por el coronavirus, se ha visto afectado y está sin ingresos económicos.
El parón por coronavirus de la liga de primera de Paraguay ha sacado a la luz situaciones de futbolistas como Marcos Gamarra, que trabajaba como albañil ante los atrasos de los pagos de su equipo, General Díaz, una alternativa que tampoco le ha servido para ganarse la vida debido a las restricciones provocadas por la pandemia.
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Y es que si todos los partidos de fútbol se suspendieron el pasado 13 de marzo, de forma temporal, por el coronavirus, otros gremios laborales se han visto afectados en la producción y consumo por el "toque de queda".
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Una medida excepcional decretada por el Gobierno para frenar la expansión del virus, y que restringe la circulación de personas y vehículos, salvo excepciones ligadas a la cadena productiva.
Ello dentro del llamado del Gobierno a la ciudadanía para que se quede en sus casas, con costo social para una elevada parte de la fuerza laboral del país, el sector de los trabajadores informales, actividad a la que se lanzó Gamarra ante la morosidad de la dirección de General Díaz.
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"Estaba trabajando con unos amigos en albañilería y pintura, y ahora por la pandemia pararon todos los trabajos desde el sábado pasado", expresó a Efe Gamarra, de 31 años.
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Gamarra explicó que tuvo que improvisar esa profesión porque el equipo tiene atrasos de hasta cuatro meses con sus jugadores.
General Díaz es uno de los clubes más modestos entre los doce que disputan la primera división, a la que accedió en 2013.
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En 2019 mantuvo a duras penas la categoría y en el torneo Apertura es colista tras seis derrotas, un empate y una victoria.
"El club está con atraso con nosotros, algunos compañeros llevan cuatro meses de retraso, conmigo son tres meses y cuando acabe este mes de marzo serán cuatro meses" de salario, señaló el jugador, que el 4 de enero se sumó a la plantilla como refuerzo.
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Pero su caso es menos grave que la mayoría de los jugadores del equipo, integrado por 33 futbolistas, al comentar que se les adeudan premios prometidos por la directiva por evitar el descenso.
Destacó que entre los afectados "son pocos los que tienen algo ganado a través del fútbol", y que el resto "son jugadores jóvenes que están empezando".A pesar de los malos momentos, Gamarra resaltó la solidaridad de colegas y de Futbolistas Asociados del Paraguay (FAP), el gremio que los agrupa, que anunció una colecta entre el colectivo para una asistencia monetaria.
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"Quiero agradecer por este medio a todos los colegas que se solidarizaron con nosotros en nombre de mis compañeros", indicó el jugador, haciendo hincapié en que lo principal "es cobrar nuestro dinerito porque nos lo merecemos, nos lo ganamos".
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Por su parte, el presidente de General Díaz, Jorge González, reconoció a los medios la situación y sostuvo que arrastran atrasos salariales desde diciembre de 2019 para los que completaron la pasada temporada y desde enero y febrero para los nuevos fichajes.
González dijo que se están realizando las gestiones para reunir los recursos y explicó que se ha llegado a tal extremo debido a deudas asumidas para adecuar las instalaciones del club tras la llegada a primera división.
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El caso ha motivado la convocatoria de una reunión por videoconferencia, prevista para este jueves, de dirigentes de la Asociación Paraguaya de Fútbol para debatir, entre otros temas, el dinero que perciben los clubes de los derechos de televisión y una "exhortación a un compromiso de los clubes" a mantener la plantilla durante la cuarentena.