El uruguayo Scotti y el punta Pavlovich sellaron el resultado en favor de Argentinos Juniors con sendos goles de cabeza a los 10 y 18 minutos, ante un inexpresivo conjunto paulista en el que sólo se rebeló, de a ratos, Denílson.
El Argentinos Juniors, que en los últimos años es casi imbatible en el pequeño estadio Diego Armando Maradona, salió a disputar la revancha como si necesitara dar la vuelta al marcador a pesar de que en la ida había ganado por 0-1.
Concentrados y con gran movilidad, el equipo de Néstor "Pipo" Gorosito no tardó en imponer su ley, con el habitual despliegue de Juan Mercier en el centro del campo, la habilidad del "demonio" Gabriel Hauche y la presencia del "buitre" Pavlovich, la figura de la cancha.
El conjunto brasileño, dirigido el miércoles por Nei Pandolfo, adoptó la actitud contraria: actuó sin apuros y al tranco, como si no le fuese imperiosa la victoria, y sólo el ex futbolista del Betis español mostraba destellos de su clase.
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Dos apariciones de Scotti y Pavlovich sentenciaron literalmente el encuentro a los 18 minutos, porque nunca en el resto del partido dio la sensación de que el Palmeiras pudiera remontar el marcador.
El Argentinos Juniors fue una maquinita desde ese momento hasta que el paraguayo Carlos Amarilla pitó el final del primer tiempo, con un portero que sólo miraba sin despeinarse, una defensa bien parada, un centro del campo que hacía correr el balón y dos delanteros intratables.
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En la segunda etapa, los "bichitos de la Paternal", como se conoce al Argentinos Juniors, bajaron el ritmo y se dedicaron a administrar la ventaja y las energías, pero ni así el Palmeiras logró ponerlos en aprietos.
Sólo se acercó con apariciones en cuentagotas de Denílson y con un remate de Martínez que dio en el palo de Sebastián Torrico a los 64, demasiado poco para un conjunto que, al menos hoy, ni por asomo honró al fútbol brasileño.
Buenos Aires (Argentina)