El veloz extremo holandés erró un penal en el alargue de la final de la Liga de Campeones que le hubiera dado ventaja de 2-1 al Bayern Munich frente al Chelsea a falta de 25 minutos.
Robben perdió en 2010 con Bayern la final de la Liga de Campeones frente al Inter de Milán. Pero más recordados son los dos mano a mano que falló ante Iker Casillas en la final del Mundial de Sudáfrica entre España y Holanda.
La imagen de Robben este sábado desplomado sobre el césped del Fútbol Arena de Múnich sin consuelo, recordó a esa otra instantánea en el Soccer City de Johannesburgo nada más perder la Copa del Mundo.
En Munich, en su propio estadio, el Bayern lo tuvo todo para ganar la final. Así lo creía la hinchada, que al inicio del partido desplegó un vistoso mosaico en el que se podía leer: "Nuestra ciudad, nuestro estadio, nuestra Copa".
El equipo de Jupp Heynckes puso el juego y las ocasiones. Cuando Thomas Muller adelantó a los alemanes a los 83 minutos, la Copa de Europa parecía que efectivamente se quedaba en Múnich.
Publicidad
Pero Didier Drogba logró una igualada que parecía imposible y el choque se marchó a la prórroga. Y allí Robben falló un penalti determinante.
Tan bajo anímicamente tuvo que ver Heynckes al holandés, que decidió que su guardameta Manuel Neuer cobrara un lanzamiento en la definición por penales, en la que fallaron Bastian Schweinsteiger e Ivica Olic.