El portero Iván González le pegó una patada que, literalmente, lo dejó en el piso. Ahora podría ser sancionado hasta por un año.
El hecho se presentó durante un encuentro entre el Manlleu y San Cugat, equipos de la tercera división de Cataluña.
Corría el tiempo de descuento y el portero Iván González, del Manlleu, subió cuando se pitó un tiro libre.
Después de unos rebotes, marcó y eufórico corrió a celebrar el tanto que significaba el empate.
Sin embargo, minutos después, el árbitro anuló la jugada por una supuesta mano; lo que desató la reacción enfurecida del arquero.
De acuerdo con el reglamento, el jugador podría ser sancionado entre seis meses y un año.