Mohamed Salah derribó de penalti la resistencia de un Atlético que levantó un 0-2 adverso en la primera parte, se vio con diez por la expulsión de Antoine Griezmann por juego peligroso y solo dobló la rodilla con el penalti transformado por el egipcio, que asienta al Liverpool como líder del grupo B.
En un duelo trepidante, los rojiblancos pasaron de la nada absoluta durante 13 minutos en los que el conjunto inglés desmontó su orden defensivo con el primer gol de Salah y una volea de Naby Keita a remontar el partido con dos tantos de Griezmann y obligar al meta rival Alisson Becker a dos paradas salvadoras antes del descanso. El galo pasó de ser héroe rojiblanco a dejar a su equipo huérfano tras el descanso por juego peligroso.
La ley de Salah, irreductible toda la temporada aun no siendo este su partido más excelso salvó al Liverpool con su octavo partido consecutivo marcando esta temporada y su duodécimo tanto del curso, quebró finalmente a un Atlético que mantiene el segundo puesto con 4 puntos, los mismos que el Oporto que ganó en casa al Milán (1-0).
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"Dale alegría a mi corazón, la Liga de Campeones es mi obsesión", cantaban los aficionados rojiblancos en los aledaños del Metropolitano entre el humo de las bengalas. El duelo, el primero europeo con aforo al completo en el Wanda Metropolitano, no les ofreció satisfacción final, pero sí emociones. Y de las buenas.
La primera sorpresa fue el once: Luis Suárez no era titular y el ataque fue para Joao Félix y Antoine Griezmann. Tampoco llegaron a tiempo Marcos Llorente, ni José María Giménez, sustituido por Rodrigo de Paul y Geoffrey Kondogbia en el 5-3-2 local.
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Por el Liverpool, que se presentaba en el Metropolitano con menos descanso, ya que jugó, y goleó, al Watford el sábado (0-5), Jürgen Klopp salió con su tripleta predilecta en ataque: Mo Salah, 'Bob' Firmino, en su partido 300 con el club 'red', y Sadio Mané.
Ante la pólvora del rival, que llegaba con 33 goles en 11 partidos oficiales, se presentó un Atlético ordenado, esperando al Liverpool, con los laterales atentos a Mane y Salah. El plan naufragó en apenas 8 minutos: los que tardó Salah en recoger un centro desde la banda contraria, amagar ante Carrasco, Lemar y Koke, que lo vigilaron más que interceptarlo, y probar el disparo entre defensas. Milner, junto a Kondogbia, hizo ademán de golpear y con su pantalla el 0-1 subió al marcador.
Necesitaba otro plan el Atlético, porque el de la contención ya no servía. Pero era muy pronto para dejar el libreto del orden de Simeone. Lo que no estaba escrito en él eran los errores, y el conjunto rojiblanco cometía demasiados. Carrasco ya no era estorbo para un Salah que entraba en el área como cuchillo en mantequilla y un flojo despeje de Felipe era aprovechado por Keita para marcar el segundo con una espléndida volea que encendía a los 3.000 aficionados 'red' del Metropolitano.
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Viendo el partido perdido en menos de un cuarto de hora, el conjunto rojiblanco intentó jugar. Engarzó su primeras combinaciones en campo rival, comenzó a creer en que podía competir y de ello surgió un pase de Griezmann para Carrasco al que se adelantó Alexander-Arnold para mandar a saque de esquina.
Sin sus cabeceadores habituales -Giménez por lesión, Savic por sanción y Suárez en el banquillo-, optó por sacar en corto, y sorprendió. Lemar corrió la línea de fondo, puso un pase atrás y el chut de Koke emuló al de Salah, pero esta vez con Griezmann tocando el balón de forma decisiva para embocar el 1-2, que subió al marcador tras una revisión del videoarbitraje que se hizo eterna.
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De un duelo que parecía decantado hacia el conjunto inglés surgió un nuevo encuentro. Uno de poder a poder. Firmino lo intentó fuera del área, y Griezmann desperdició un mano a mano ante Alisson facilitado por un pase largo de Rodrigo de Paul tras un robo del argentino a Keita.
No tardó en redimirse el galo, gracias a un arranque de genio de su heredero en el dorsal '7' rojiblanco: Joao Félix. El joven portugués protagonizó un eslalon zafándose de las tarascadas de Keita para buscar a su compañero, que se anticipó a Van Dijk con un autopase largo y chutó, desde el suelo, para hacer el 2-2.
El Atlético volteó el encuentro en tiempo récord y, a diferencia de otras ocasiones, quiso más. De nuevo Joao Félix sacó la chistera para controlar con el empeine un envío de 50 metros de Trippier y plantarse ante Alisson, que atrapó el balón no sin dificultades. El meta brasileño todavía tuvo más trabajo antes del descanso: de nuevo respondió cuando Lemar le probó tras un pase al hueco de Hermoso.
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Los dos técnicos corrigieron sus flancos débiles en el descanso. Simeone reemplazando a un tembloroso Kondogbia en el centro de la zaga por Giménez, y Klopp sustituyendo al goleador Keita, superado por Joao Félix, para poner en el verde a Fabinho. No perdieron dinámica en el vestuario los de Diego Pablo Simeone, que obligaron a una nueva intervención milagrosa de Alisson tras una pared entre Carrasco y De Paul que el portero brasileño sacó con la pierna.
La búsqueda local del 3-2 la paró en seco una acción desafortunada de Griezmann, que al estirar la pierna para intentar alcanzar un balón dio con la bota en la cara a Firmino. El árbitro alemán Daniel Siebert no dudó en sacar la tarjeta roja que el '8' rojiblanco ni protestó, marchándose cabizbajo con la primera ovación de su segunda etapa en el Wanda Metropolitano.
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Con uno más, el Liverpool encadenó ocasiones, pero sin exigir en exceso a Oblak. El partido perdió velocidad y eso parecía beneficiar al Atlético, que se defendía con uno menos.
Pero a la noche del Metropolitano todavía le quedaban sorpresas. Un choque de Hermoso con Salah dentro del área en un balón que ambos tenían perdido acabó en penalti decretado por Siebert, que no dudó. Tampoco lo hizo el egipcio, que no perdonó con un chut fuerte y raso a la derecha de Oblak.
La acción, muy protestada por la grada local, tuvo su réplica minutos después en sentido contrario cuando Jota tropezó sobre Giménez en el área inglesa y el colegiado volvió a señalar el punto de castigo, pero esta vez el juez alemán acudió a verlo al videoarbitraje y rectificó su decisión.
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Por entonces ya había realizado Simeone un cuádruple cambio, introduciendo a la desesperada a Lodi, Llorente, Correa y Luis Suárez. El argentino tuvo el empate en el tiempo añadido, pero remató alto desde la frontal. La victoria asienta el Liverpool como líder invicto del grupo y castiga en exceso a un Atlético que mantiene el segundo puesto empatado con el Oporto portugués.