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"El cuerpo nos pedía una cosa, pero el sentido común nos dice otra. No podemos seguir así, porque nos acabaremos matando por la calle", afirmó Rosell durante su discurso en el Congreso Mundial de Peñas, que se celebró este lunes en el Palacio de Congresos de Cataluña.
El presidente del club catalán apuntó que uno de los motivos para no denunciar a Mourinho ante el Comité de Competición es lo que sucedió en Madrid en el partido de ida de la Supercopa, cuando el autobús donde viajaban los directivos del Barça fue apedreado.
Cree que la denuncia crisparía más la relación entre ambos equipos y, por extensión, entre las aficiones, y añadió que su junta directiva "no es ni bravucona ni charlatana" y que, además, "a Mourinho ya lo juzgó la opinión pública".
También sostuvo que ni el secretario técnico, Andoni Zubizarreta, ni el entrenador, Pep Guardiola, ni Vilanova -"él fue el primero que pidió que no lo denunciáramos", afirmó Rosell- consideraban conveniente denunciar la agresión.
El Barça disputa en cuatro días la final de la Supercopa de Europa ante el Oporto "y los técnicos querían que el equipo estuviese centrado en el partido de Mónaco", manifestó el máximo mandatario de la entidad azulgrana.
Más allá de los incidentes extradeportivos, Rosell valoró la victoria de su equipo en la Supercopa ante el eterno rival: "Prácticamente veníamos de la playa y le ganamos el título a un equipo que estaba mucho más preparado", afirmó.