La presencia entre los cuatro supervivientes del cuadro norteamericano fue el bombazo de la sesión (Estados Unidos, España y Suráfrica son los otros semifinalistas). Terminó con la condición de equipo revelación del campeón africano, cuya actuación previa habían causado sensación en Suráfrica, y dinamitó las previsiones. Se convirtió en semifinalista.
Así, probada la superioridad brasileña, que cerró la fase con pleno de triunfos, la clasificación del Grupo B, con triple empate, se resolvió por diferencia de goles. En esa situación salió airoso el conjunto norteamericano para definir el último tramo de la competición. España se enfrentará a Estados Unidos el miércoles y Brasil a Sudáfrica el jueves.
Brasil, sin excesivos aspavientos, fue el único en alcanzar las expectativas.
Con una buena primera parte dejó en evidencia al campeón del Mundo, que se resiste a fijar la caducidad de una generación vetusta. A la que pretende exprimir más allá de sus últimas gotas.
Italia sigue a expensas de un grupo de jugadores que alcanzó su cenit en el último Mundial, Alemania 2006. Después ha sido incapaz de iniciar una paulatina reconversión que regenerara a un grupo de jugadores sometidos por el peso del tiempo.
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Quedó patente en la Eurocopa 2008. Y evidente en Suráfrica, donde tampoco Marcelo Lippi se ha atrevido a dar el paso esperado. Mediatizado, tal vez, por la escasa solvencia de las camadas venideras del fútbol de Italia.
Brasil, en los siete minutos finales de la primera parte, hundió al conjunto italiano. En ese tiempo, dos tantos de Luis Fabiano y otro de Dossena en propia puerta, dejaron cuesta arriba la progresión transalpina, empinada ya tras la derrota frente a Egipto en la anterior jornada y amparada en las matemáticas y las carambolas.
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El conjunto suramericano volvió a cruzarse en el camino de Lippi. Fue Brasil el que terminó con la anterior etapa en la selección del preparador, cuando acumulaba, en dos épocas, 31 partidos consecutivos sin conocer la derrota. Ahora le ha distanciado de la lucha por el título.
En las primeras jornadas de competición Egipto se ganó el derecho a ser reconocida como la sensación del torneo. Tuteó a Brasil y venció a Italia. Sin embargo, sucumbió, con estrépito frente Estados Unidos y no fue capaz de redondear su digna actuación con las semifinales.
El cuadro africano no se sobrepuso a la baja por lesión de Mohamed Zidan, su principal referencia. Y sus dudas estimularon el ánimo de Estados Unidos, que se creció con el viento a favor y pudo sacar adelante sus números. Las cuentas que le mantienen en la competición.
El gol de Davies a los veinte minutos llenó de ansiedad a Egipto. El segundo, a la hora de partido, de Bradley metió en el camino de la clasificación al conjunto norteamericano, estimulado definitivamente por la goleada que Brasil endosaba a Italia. Dempsey, a veinte del final, redondeó el trabajo y metió a Estados Unidos en una posición donde no esperaba. Será el rival de España.
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