El Sevilla se fue en ventaja muy pronto, en el minuto 8, con gol de Carlos Bacca tras un centro de Aleix Vidal.
Era la primera llegada a puerta del partido. Hasta ese momento, el Gladbach había tenido más la pelota, pero sin inquietar a Sergio Rico mientras que el Sevilla defendía bien y buscaba aprovechar los espacios que había para intentar tejer contragolpes esporádicos.
El gol tempranero rompía por completo la idea del partido que se había hecho el equipo alemán. Para el Seviila, en cambio, tras la victoria de 1-0 en la ida, la eliminatoria se había volcado por completo a su favor. El libreto de defender la ventaja, que ahora era mucho más grande, y de buscar ocasiones de contragolpe seguía siendo válido en esas condiciones ante un Gladbach con la obligación de arriesgar.
Los alemanes apretaron y lograron el empate en el minuto 19 con gol del suizo Granit Xhaka y estaba volcado por completo en el campo del Sevilla.
Sin embargo, el siguiente contragolpe trajo el segundo gol del Sevilla, con una gran acción solitaria de Vitolo en el 26 en el único deshago que tuvo el equipo de Unai Emery en los siete minutos posteriores el empate.
A la larga fue más que un respiro, fue el oxígeno que necesitaba el Sevilla para mantener una renta importante ante el acoso ofensivo del conjunto alemán, que siguió siendo el dueño de la pelota.
El empate volvió a llegar, esta vez por intermedio de Thorward Hazard en el minuto 35 y la imagen volvió a ser la misma de un Gladbach volcado al ataque y un Sevilla encerrado en su área.
El Sevilla trató de descongestionarse un poco al comienzo del segundo tiempo -Bacca tuvo una buena ocasión- pero la dinámica del compromiso siguió siendo la misma. Ataque permanente contra resistencia y esperar el contragolpe.
Hubo ocasiones de cada lado. El meta local, Yann Sommer, salvó en dos ocasiones ante Bacca y Vidal e Iborra estrelló un cabezazo contra el larguero.
Del lado alemán, un disparo de Axel Kruse rozó en el larguero y otro de Hazard se estrelló contra el poste.
En medio de esa tónica, dos acontecimientos contribuyeron a decidir la eliminatoria a favor del Sevilla.
Primero, en el 68, el Gladbach se quedó con diez hombres por acumulación de amarillas. Luego, su entrenador, Lucien Favre, hizo una apuesta y la perdió al desbaratar, en el minuto 79, casi por completo la defensa al sacar del campo a Martin Jantschke y Alvaro Domínguez para darle paso a dos hombres ofensivos como Bradimir Hrgota e Ibrahima Traoré.
Escasos segundos después de esa apuesta por una ofensiva final vino el tercer gol del Sevilla, en un contragolpe de Vitolo. El Gladbach siguió atacando, pero ya no había tiempo para más y el Sevilla puede soñar en defender su título.
Ficha del partido