Herido de muerte, el Deportivo recibió a su eterno rival, que le aventajaba en seis puntos, hundido en el fondo de la tabla, con hambre después de nueve encuentros sin lograr la victoria, con ganas de brindarle algo positivo a su afición en una temporada en la que todo es negativo, tanto en el césped como en los despachos, donde el club ha tenido que recurrir a un concurso de acreedores para tratar de sobrevivir.
El clásico era una final para los dos contendientes, pero sobre todo para el conjunto coruñés. Sabía que se trataba del último tren para seguir con opciones de conseguir la permanencia y se quiso subir a él desde el principio, apoyado en una alineación con mayor creatividad en el centro del campo, sin el músculo del brasileño Assunçao pero con el cerebro de Juan Domínguez, que tiene buena sintonía con este tipo de partidos.
El Deportivo, como en los tres derbis más próximos en el tiempo, los dos de la Liga Adelante el curso pasado y el de la primera vuelta en Balaídos, controló las ansias, salió con cabeza fria, quiso el balón y le dio el primer golpe al Celta a los nueve minutos.
Fue en una acción de paciencia y fe de Bruno Gama, que insistió en el flanco izquierdo, vio a Valerón y el canario inventó uno de sus pases sublimes que encontró en el área la definición de Riki, el máximo goleador del Deportivo, con un control con el muslo y un disparo a la media vuelta imparable para Varas.
Publicidad
El Celta pareció rehacerse de la bofetada de Riki, pero apenas inquietó a Aranzubia, que ni siquiera se tuvo que emplear en el primer aviso serio, una falta lejana que se marchó por encima de la portería.
Con los vigueses más entonados, Iago Aspas perdió la cabeza, la usó para golpear a Marchena en el área del Deportivo, y Velasco Carballo no dudó en expulsarlo con roja directa antes de se cumpliera la media hora de partido.
Publicidad
El Celta se quedaba en inferioridad y por detrás en el marcador, pero aun así se hizo con el balón hasta el descanso, con el Deportivo replegado en su campo y preparado para sorprenderle en algún momento de lucidez como el que tuvieron Valerón y Riki a falta de diez minutos para el final del primer tiempo y que Varas contrarrestó con una buena intervención.
El Deportivo perdonó el segundo en un mano a mano de su máximo goleador con Varas, pero Sílvio enmendó el error del madrileño con otro golazo, una volea espléndida y lejana que se coló por la escuadra.
El equipo coruñés dejó jugar al Celta, que buscó oxígeno en el banco de suplentes. Salomao, que llevaba unos segundos en el césped, convirtió el tercer gol a los vigueses al contragolpe, con velocidad y resolución.
Riazor creyó en las posibilidades del Deportivo de lograr la permanencia, no perdió la fe cuando el coreano Park, que también acababa de entrar en el terreno de juego dejó el marcador 3-1 a falta de diez minutos, y despidió a los suyos al grito de "sí, se puede".
Publicidad
- Ficha técnica:
3 - Deportivo de La Coruña: Aranzubia; Manuel Pablo, Marchena, Aythami, Sílvio; Abel Aguilar, Juan Domínguez; Bruno Gama, Valerón (Álex Bergantiños, min.85), Pizzi; y Riki (Salomao, min.77).
Publicidad
1 - Celta de Vigo: Javi Varas; Jony, Demidov, Túñez, Roberto Lago; Oubiña, Pranjic; Augusto Fernández (Krohn-Dehli, min.78), Bermejo (Park, min.69), De Lucas (Orellana, min.56); e Iago Aspas.
Goles: 1-0, min.9: Riki. 2-0, min.64: Sílvio. 3-0, min.78: Salomao. 3-1, min.80: Park.
Árbitro: Velasco Carballo, del colegio madrileño. Expulsó con roja directa a Iago Aspas por un cabezazo a Marchena (min.29). Amonestó a Túñez (min.5), Demidov (min.13) y Roberto Lago (min.29), por parte del Celta; y a Aythami (min.43) y a Pizzi (min.81), por parte del Deportivo.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la vigésimo octava jornada de la Liga española de Primera División disputado en el estadio de Riazor ante unos 32.500 espectadores.
Publicidad