El jugador y el club azulgrana mantuvieron una intensa negociación en los últimos meses hasta el punto de que al principio el jugador llegó a decir que si tenía que abandonar la entidad en 2012 lo haría sin ningún problema.
Dani Alves tenía contrato hasta el 30 de junio de 2012 y finalmente el jugador y el club llegaron a un acuerdo satisfactorio hasta 2015, que se ratificará el miércoles con la firma del documento en las oficinas del FC Barcelona.
El acuerdo se pudo cerrar bajo los parámetros económicos que estableció el Barcelona, es decir, que Alves se situará en la escala salarial donde están Valdés, Piqué y Puyol, en torno a los cinco millones de euros anuales.
No obstante, el jugador también verá incrementado su salario con acuerdos de patrocinio con las empresas Adidas y Big Cola. Por lo tanto, en pocos días habrá firmado tres contratos, incluido el del Barcelona.
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El hecho de que se haya anunciado el acuerdo se debe a que los puntos sellados la semana pasada se acabaron de plasmar en documentos, aunque un último encuentro entre el presidente Sandro Rosell y el propio jugador el domingo ayudó a dar el impulso final al sí que finalmente dio el lateral brasileño.
Dani Alves se convirtió en un seguro de vida en el lateral derecho, aunque se trata de un jugador que se mueve con facilidad inigualable por toda la banda, lo que lo convierte tanto en interior como en extremo. Su compenetración con el astro del equipo azulgrana, Lionel Messi, ha convertido a este dúo en una pesadilla para los rivales.
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Lleva disputados con el Barcelona 141 partidos, en los que marcó 11 goles, el último de ellos el pasado domingo, quizá el de mayor espectacularidad, ya que perforó la meta del Getafe con un disparo desde fuera del área.
Dani Alves da Silva, nacido en Bahía y con 27 años, llegó al Barcelona en la temporada 2008-09 procedente del Sevilla, al que la entidad catalana abonó unos 35 millones de euros.
De hecho, si el Sevilla y el Chelsea hubiesen llegado a un acuerdo un par de temporadas antes, posiblemente el destino del jugador brasileño hubiese sido la Premier, pero la operación acabó frustrada, con el consiguiente enfado del jugador, que no vio satisfechas sus pretensiones económicas.
La llegada del jugador al Barcelona resultó una gran alegría en la entidad catalana, donde también hubo un sector que mostró su descontento por la elevada cantidad de dinero pagada por un lateral. No pasaron muchos partidos hasta que el jugador dio muestras más que suficientes de que la inversión millonaria estaba más que justificada.
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Alves llegó el mismo año que Pep Guardiola se hizo cargo del primer equipo del Barcelona, lo que significa que en la primera temporada el jugador brasileño firmó un triplete de títulos (Copa, Liga y Liga de Campeones).