Pareciera que a los colombianos nos está sucediendo lo mismo que a los argentinos. Olvidamos nuestro penoso pasado y cargamos en contra de los que sí nos dan alegrías.
Así es, somos expertos en salir a echar vainas, a criticar y hablar mal de todo el bendito mundo y claro, desde la comodidad de nuestras sillas, camas o sofás. Pues no estoy de acuerdo y hasta me parece una falta de respeto.
Pareciera que nos estamos volviendo cada vez más cercanos a los argentinos que olvidan su pasado lleno de fracasos con el ‘Burrito’ Ortega, con Martín Palermo, con Riquelme, y cargan en contra de Messi, Agüero, Di María e Higuaín, ignorando el hecho que ellos mismos han sido quienes los han colocado en tres finales y los han ilusionado con una nueva Copa del mundo, la que no ganan desde 1986, cuando contaban con un tal Diego Armando Maradona.
Y acá pasa igual. De repente nos olvidamos de James, el goleador del último Mundial, de Juan Guillermo Cuadrado, fundamental en Juventus y desequilibrante con la 'Tricolor', del salvador David Ospina y de que algunos de los que todavía siguen en la Selección nos llevaron por primera vez en nuestra historia a cuartos de final de una Copa del mundo. Quizás extrañamos ver a la Selección del ‘Totono’ Grisales, Tressor Moreno, Wason Rentería, Hugo Rodallega, los que eliminatoria tras eliminatoria solo nos entregaban penas, derrotas y vergüenzas.
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No soy de aquellos que viven del pasado, pero tampoco hablo mal de aquellos que en algún momento me hicieron llorar de orgullo y alegría. Confío en sus capacidades, creo en ellos y espero lo mejor. Colombia es cuarta en, tal vez, la Eliminatoria más apretada y competitiva de hace muchísimos años.
Colombia está viva y depende de ella misma para clasificar a Rusia 2018, ¿eso está mal? No todos podemos ser Brasil, pero podríamos estar como Paraguay, Perú o incluso Chile.
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Hay que mirar más allá del 1-0 contra Bolivia y tener en cuenta la doble línea de cuatro, con la que defendieron los bolivianos durante los 90 minutos y también recordar los dos palos (de Muriel y Mina), como también los dos remates de James, el disparo de Macnelly, el tanto de Mateus, las opciones de Bacca.
Colombia atacó, tuvo la pelota y buscó un resultado más amplio. No se dio, no entró, no quiso. Pero el equipo no jugó mal, los jugadores respondieron y a fin de cuentas se sumaron tres puntos que no sumó ni Chile, ni Ecuador, ni Uruguay.
¿Si hay que criticar? Claro, pero después de que llegue el fracaso, rendir cuentas y cambiar lo que haya de cambiar. Pero no hacerlo en medio de un proceso que no ha sido malo y generar polémica o malestar en un grupo que nos tiene vivos, ilusionados y en el camino rumbo a un nuevo Mundial. Ahora, nuestra parte debe ser la de apoyar, respaldar y confiar, solo así se logrará el objetivo.
Si les gusta criticar, háganlo, Yo prefiero esperar y dar mi voto de confianza hacia Pékerman, el que nos puso a bailar con el fútbol después de muchos años, hacia James, Ospina, Zapata y los demás que han sido responsables de tener y mantener a Colombia entre las 10 mejores selecciones del Mundo.
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