Nadie lo esperaba, la selección española había caído ante Suiza en su debut en el Mundial de Sudáfrica y complicaba su clasificación en un grupo que lo tenía como favorito y máximo candidato a quedarse con la Copa del Mundo. Aunque por parte de los aficionados españoles había una gran decepción, aún se tenía confianza en que el reciente campeón europeo podía sobreponerse de aquel duro golpe. Desde algunos sectores de la prensa nacieron criticas desmesuradas hacia el cuerpo técnico comandado por Vicente del Bosque, con su serenidad habitual, decidió no responder a las acusaciones, tan solo se dedicó a trabajar. Aunque le cueste perder los papeles y nunca se lo ha visto protestándole desaforadamente a algún árbitro, Del Bosque sufre mucho en los partidos y a la mañana siguiente, o incluso la misma noche, suele volver a verlos. Un poco ansioso, el seleccionador español aguardaba en la puerta de la concentración la llegada de su esposa Trinidad, con quien lleva 30 años de matrimonio, también acudieron a abrazarlo su hijo mayor Vicente y la menor Gema, pero sin duda el más emocionado era Álvaro, el hijo del medio de Vicente y Trinidad quien nació con síndrome de Down. Ferviente admirador de la selección española y crítico de las decisiones futbolísticas de su padre, Alvarito como le dice su amigo Xavi, expresa lo que siente sin tapujos y le habla a Del Bosque como un hincha más de la ‘Furia Roja’. Meses atrás se enojó con su padre cuándo decidió no convocar a Dani Guiza para disputar el Mundial, antes, cuando dirigía al Real Madrid, lo criticó cuando dejó en el banco a Raúl y a Casillas, a lo que su padre respondió: “Joder, Alvarito, solo me faltabas tú”. Alvarito nació el 6 de agosto de 1989 cuando Del Bosque, por aquel entonces, era entrenador del Castilla. Pocos días después, unas pruebas confirmaron que había nacido con síndrome de Down. "Al principio lloramos mucho, fue algo muy duro, pensaba por qué me va a tocar a mí y no a otro”, confesó el entrenador hace poco en una entrevista para la televisión española. Para él este tipo de situaciones hace relativizar las cosas, repensar las verdaderas prioridades en la vida, “te hace más sensible, Alvarito nos da tranquilidad y felicidad, es una bendición para todos”, aleccionó el seleccionador español. El camino de la selección española en el Mundial después de aquel partido contra Suiza se fue labrando de a poco, consiguió una revitalizante victoria frente a Honduras por 2 a 0, luego enfrentó a Chile en un encuentro clave por quedarse con el primer lugar del grupo, allí la selección española derrotó al equipo de Bielsa por 2 a 1, con este resultado se aseguraba el primer lugar del grupo H. En octavos de final enfrentaron a Portugal, en un encuentro parejo los dirigidos por Del Bosque obtuvieron la victoria por 1 a 0. En cuartos el destinó les había puesto enfrente a la dura selección paraguaya del ‘Tata’ Martino. El partido nunca develó de qué lado estaba la fortuna, primero Casillas le atajó un penal a Cardozo y cinco minutos después Villar hizo lo mismo frente a Xabi Alonso. Hacia el final de partido, en una jugada en la que el balón tocó tres veces el palo antes de entrar, David Villa le dio la clasificación a España a semifinales. Allí se toparon ante la siempre dura selección alemana, un cabezazo de Puyol sobre el minuto 73’ confirmó los pronósticos que daban a España como finalista. El Estadio Soccer City de Johannesburgo fue el escenario que albergó la gran final entre España y Holanda, el sueño de Alvarito y su padre por fin se había cumplido, sobre el minuto diez del segundo tiempo suplementario Iniesta anotó el gol que le dio a la selección española por primera vez en su historia la Copa del Mundo. Días antes de partir hacia Sudáfrica, Alvarito le había pedido algo a su padre: poder ingresar al vestuario para conocer a los jugadores, pero el seleccionador le negó el deseo, a cambio le prometió poder compartir con sus ídolos cuando regresaran al país. “Si ganamos el Mundial, me subo al autobús con los jugadores” sentenció Alvarito. Al regreso a España, el plantel campeón del mundo era esperado en La Moncloa, sede del Gobierno español para un homenaje especial, aunque no fueron recibidos únicamente por José Luis Rodríguez Zapatero, a su lado se encontraba Alvarito quien corrió a abrazar a su padre con lágrimas en los ojos, sin embargo no iba a quedarse sin cumplir su sueño: levantar la Copa del Mundo, uno de sus ídolos y amigo, Xavi Hernández, le dio un fuerte abrazo y le entregó el trofeo por el que tanto soñó Alvarito, lleno de felicidad y aplaudido por todo el plantel pudo alzar la Copa acompañado de su padre. “Mi hijo me cambió la vida, él es feliz y contagia felicidad. Es pícaro, pero no sabe qué es la maldad", señaló orgulloso Del Bosque, convencido de que las cosas no suceden por casualidad, recuerda que cuando era jugador del Madrid, cada mañana lo visitaba en el vestuario de la vieja ciudad deportiva un niño en la misma situación que su hijo: "No recuerdo el nombre, solo que era muy divertido y le cogimos mucho cariño. A mí siempre me tocaba el bigote", recordó con una sonrisa en su rostro el seleccionador español. Alvarito hace parte de la Fundación Síndrome de Down de Madrid, en donde su padre ha colaborado desde hace muchos años con esta y otras entidades sin ánimo de lucro intentando concientizar a las personas sobre los derechos de los niños con la misma discapacidad que su hijo. Apadrinó campañas para conseguir fondos y desde que es entrenador de la selección española organiza visitas de los niños de distintas fundaciones a los entrenamientos de la selección. Su vocación como padre nunca ha estado en duda, todos hablan muy bien de él como persona y entrenador, después de vivir inolvidables momentos con sus hijos, se reclama entre sueños el haberse sentido desafortunado cuando se enteró que Alvarito había nacido con esa condición, "Ahora cuando miro atrás pienso: qué gilipollas fuimos". Su padre, el ferroviario, le enseñó a levantarse y caminar, fue denunciado durante la guerra civil española y pasó tres años en el penal de Álava, confinado por republicano. "No hizo nada, pero ya sabe cómo eran las cosas en aquella época, estaba donde no tenía que estar, le señalaron por rojo y terminó en la cárcel", reveló Del Bosque, aunque asegura: “Yo no soy tan radical”. Una de las enseñanzas que le dejó su padre es que a pesar de las adversidades hay que levantar la cabeza y seguir. La final de la Copa Confederaciones lo expuso frente a todos, fue cuestionado por sus decisiones y hasta se habló de crisis en el seleccionado español. La derrota ante Brasil no dejó espacio a atenuantes, “no quiero poner ninguna excusa, han sido mejores” expresó afligido Del Bosque luego de la fallida final. El peor lamento no es el del derrotado, es de aquel que nunca creyó que valía la pena intentarlo. En el fútbol se habla de grandes presiones y es una tragedia cuando no se logra el éxito absoluto, para Del Bosque valió la pena intentarlo, hoy comparte junto a su familia ser él técnico campeón del mundo, y expresa con orgullo su mayor logro: Alvarito. Por: Daniel Santamaría Jaramillo. Twitter: @danielsaja03
Actualizado: enero 25, 2017 11:46 a. m.