El Estadio Monumental Isidro Romero Carbo, la casa del Barcelona de Ecuador, sumará un nuevo día grande a su historia al albergar el sábado la final de la Copa Libertadores entre Flamengo y Athletico Paranaense.
Será la tercera la final de Libertadores que acoja este coloso inaugurado en 1987 en la ciudad portuaria de Guayaquil, pero la primera a partido único, ya que las dos anteriores fueron a ida y vuelta jugadas por el Barcelona en 1990 y 1998 frente al Olimpia , y al Vasco Da Gama , de Brasil, respectivamente.
En 1993 también fue la sede de la final de la única Copa América organizada por Ecuador, en una final en la que triunfó la selección de Argentina al imponerse por 2-1 a la de México con un doblete del delantero Gabriel Batistuta.
Dos años más tarde, en 1995, el coloso de Guayaquil también fue el escenario de la final del Mundial sub-17 en la que Ghana dio la sorpresa al vencer a Brasil.
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En varias ocasiones también ha sido la casa de la selección de Ecuador, como en marzo pasado cuando acogió la última jornada de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Qatar 2022, una fiesta en la que la Tricolor se enfrentó a Argentina (1-1). Ambas ya estaban clasificadas.
Sobre su cancha, el Barcelona ha ganado siete de los dieciséis títulos locales que tiene en sus vitrinas, lo que lo convierten en el más laureado en Ecuador, ya que se ha vuelto el fortín del equipo guayaquileño al crear una atmósfera en la que los cánticos retumban su eco en las faldas y la cima del cerro San Eduardo.
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EL MÁS GRANDE DE ECUADOR
Llamado ahora Estadio Banco Pichincha, el Monumental de Guayaquil es el estadio más grande de Ecuador, con una capacidad actual de 57.267 espectadores, tras una ampliación realizada entre 1992 y 1993.
En el momento de su inauguración, el 27 de diciembre de 1987, su aforo era de unas 44.000 personas, aunque llegaron a entrar unas 90.000 en el partido inaugural, que el Barcelona perdió ante el Peñarol uruguayo (1-3), según medios locales.
El estadio cuenta con butacas cubiertas y palcos en las tribunas de occidente y oriente que se ubican en ambas bandas de la cancha, mientras que en los fondos norte y sur están las tribunas generales, donde se ubicarán los seguidores de Athletico Paranaense y Flamengo, respectivamente.
UN SÍMBOLO DEL BARCELONA Y DE GUAYAQUIL
Con un coste de 70 millones de dólares, el principal gestor de la obra fue el expresidente barcelonista Isidro Romero, que junto a otro expresidente del club, el fallecido Galo Roggiero, inspiraron al Gobierno de León Febres Cordero, también ya fallecido, a dar el primer aporte económico para iniciar la construcción.
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Las obras comenzaron en 1985 y duraron dos años en los que el estadio se levantó a los pies del cerro San Eduardo frente al estero Salado, un brazo del estuario de la desembocadura del río Guayas.
El estero Salado separa a la humilde urbanización de Bellavista y el estadio, con los vecinos de al frente que habitan las casas de caña guadua y de cartón, que poco a poco van cambiando con la regeneración suburbana de Guayaquil.
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