Las campeonas mundiales fueron recibidas como heroínas en Nueva York. Luego, peinadas y maquilladas, asistieron a la entrega de un premio.
Es un éxito que ha trascendido lo deportivo. En la capital del mundo las recibieron con un desfile y un evento que paralizó la ciudad, en el que aprovecharon para hablar sobre la igualdad de género y exigieron el mismo salario que los hombres. Esto las ha convertido en ejemplo para muchos.
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La capitana, Megan Rapinoe, también se ha convertido en un símbolo para varios colectivos de ese país. No solo por su condición de miembro de la comunidad Lgbti, sino porque no ha ahorrado palabras ni adjetivos para mostrar su oposición a las políticas del presidente Donald Trump. Una posición que parecen apoyar las demás miembros del equipo, pues hasta el momento ninguna ha apoyado al mandatario públicamente.
De hecho, su discurso en Nueva York, que ha sido calificado como "inspirador", se hizo viral en redes sociales.
Durante el desfile, las jugadoras estuvieron acompañadas por el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, demócrata y opositor de Trump.
De ahí tomaron un avión a Los Ángeles para recibir el premio Espy al mejor equipo. Cambiaron los uniformes por elegantes vestidos y volvieron a sorprender, esta vez robándose todas las miradas como unas verdaderas estrellas de la alfombra roja.
"Esto es increíble, literalmente acabamos de bajar de un avión hace un par de horas, tuvimos peluquería y maquillaje en el avión y nos vemos bastante fabulosas, creo", indicó Carli Lloyd.
Son 22 poderosas mujeres, que continuarán su recorrido por el país en la llamada "gira de la victoria", demostrando que no solo son grandes jugadoras sino también mujeres fabulosas.