¿Por qué el fútbol colombiano no puede abrir el debate ético sobre su pasado oscuro y así dar una lección a una nación que está acostumbrada a conformarse y dejar en el olvido a todos aquellos personajes que la robaron de frente y obtuvieron cargos políticos gracias a dineros sucios? Luego de las declaraciones del presidente de Millonarios, Felipe Gaitán, en las que dio a conocer las intenciones de la actual junta directiva del club sobre devolver los dos últimos campeonatos obtenidos en los años de 1987 y 1988, se abrió la discusión en el país sobre si esto sería bueno. El club capitalino en aquella década fue infiltrado por el narcotráfico, primero por Edmer Tamayo y luego por Gonzalo Rodríguez Gacha ‘el Mexicano’, quien fuera el mayor accionista de los ‘albiazules’. En lo personal, aplaudo que las directivas del club estén discutiendo el tema, así no se logre devolver las dos estrellas que están en entredicho. La discusión tiene varios matices, tanto que se comenzó a discutir el pasado de otros equipos del fútbol colombiano como el de América de Cali y Atlético Nacional, aunque para algunos, es una estupidez volver a recodar esa historia. Es lamentable que nuevamente evitemos aceptar el pasado y afrontarlo, y aceptar que se cometieron errores y no hacer nada para corregirlos. Devolver dos estrellas dejaría un precedente ético y de valores dentro de nuestra sociedad y además se limpiaría el nombre de una institución como Millonarios. Tanto, que en las reuniones familiares ya no saldría la típica frase “si no hubiera sido por Gacha, ustedes no tendrían 13 estrellas”. Los jugadores y su esfuerzo en la cancha Mario Vanemerak, Alberto Gamero y Miguel Augusto Prince, entre otros exjugadores, salieron a defender los títulos que ellos consiguieron como jugadores del club. Afirmaron que era un irrespeto para la institución promover que Millonarios devolviera esas dos estrellas. También declararon que esa idea perjudicaba y echaba de menos el esfuerzo que ellos y sus compañeros hicieron dentro del terreno de juego. Por su parte, Jorge Luis Pinto, director técnico de Santa Fe entre 1986 y 1987, afirmó a una cadena radial que era injusto recriminarles a los futbolistas de la escuadra ‘embajadora’, pero que sí había que hacer una investigación a jugadores de otros equipos y al mismo Luis Augusto ‘el Chiqui’ García, técnico de Millonarios en ese entonces, por el caso del ‘maletín’. “Lo único que yo hice fue presentar las pruebas donde él compró árbitros y jugadores. Por ejemplo, le mandó un millón de pesos a Carabalí que era un marcador de punta de Santa Fe, para el último clásico y que ganaron y luego obtuvieron el título”, dijo Pinto. El actual técnico de la Selección de Costa Rica también declaró que varios árbitros confesaron en ese momento que se le “vendieron al Chiqui en más de una oportunidad”. Las pruebas según él, fueron presentadas a la Dimayor pero no fueron tenidas en cuenta en esa época. Además, el santandereano cuestionó de dónde provenían esos dineros con los que según las pruebas presentadas por él, se compraron a jugadores y árbitros. ¿Qué es lo mejor que se puede hacer? El expresidente del América de Cali, Carlos Andrade, afirma que si todos los equipos se examinan y revelan verdaderamente los ingresos oscuros a sus arcas, se deberían devolver los títulos que obtuvieron durante esas dirigencias. Sería de rescatar y ayudaría a fortalecer la dignidad de los equipos, por el buen nombre que estas instituciones que deben tener. No hay que dejar de lado que hasta los mismos jugadores se vieron involucrados con los narcotraficantes. Ese fue el caso de René Higuita cuando visitaba a Pablo Escobar en la Catedral o el mismo Anthony el ‘Pitufo’ de Ávila, que no se arrepiente de haber dedicado un gol con la selección Colombia ante Ecuador en las Eliminatorias de Francia 1998, a los hermanos Rodríguez Orejuela, jefes del Cartel de Cali. De esta manera y, ante todo, se deben verificar las denuncias que hizo Pinto y discutir por qué la Dimayor no le puso cuidado. Ahora, el organismo debe ser serio y abrir una exhausta investigación para aclarar todas las dudas que hay sobre la actuación del ‘Chiqui’ con Millonarios, aunque sería bueno que el extécnico presentara pruebas en las que se demuestre que él no tuvo que ver con compra de árbitros y futbolistas como lo muestran las que hace tiempo presentó Pinto. Ahora, es importantísimo aclarar que aunque el equipo ‘Embajador’ sea el centro de críticas por su pasado, no fue el único con una historia tenebrosa: América de Cali estuvo bajo la propiedad de los hermanos Rodríguez Orejuela en los años 80 y comienzos de los 90. En Atlético Nacional, el expresidente Hernán Botero Moreno fue extraditado el 15 de noviembre de 1984 por lavado de activos para el narcotráfico, y por tal razón la Dimayor suspendió los partidos de esa fecha, declarando duelo en el fútbol colombiano. En el 2002 recobró su libertad e interpuso una demanda al estado colombiano por 14 millones de dólares. En Deportes Tolima, José Manuel Aguirre, que fuera dueño del club en una época, fue acusado de tráfico de cocaína. En Independiente Medellín los hermanos y Pablo Correa Arroyave lideraban una organización delectiva que se hacía llamar los ‘Pablos’. Independiente Santa Fe estuvo en poder de Phanor Arizabaleta Arzayús, quien fue extraditado en mayo del 2011 por tráfico de cocaína a los Estados Unidos, además de ser uno de los hombres más importantes del cartel de Cali. El Deportivo Pereira y el Unión Magdalena también tuvieron propietarios que tenían nexos con el narcotráfico, como lo eran Octavio Piedrahíta y Eduardo Enrique Dávila, respectivamente. De esta manera el fútbol colombiano, como muchos saben, estuvo manchado por el gran flagelo nacional. Ahora bien, ¿por qué la propuesta de la junta directiva de Millonarios es una locura? ¿Devolver los títulos no sería regresarle un poco a la dignidad al fútbol y la sociedad colombiana? ¿De qué sirve que todos hayan estado tapados con la misma cobija si esto produjo desconfianza dentro del fútbol, odios dentro de los hinchas de los equipos? La discusión no es “mi equipo es el mejor de Colombia” sino, “mi equipo pasó por el infierno y ahora puede mirar limpio al futuro”. Así como exigimos que los guerrilleros y paramiliatres devuelvan todo lo que se ganaron robando y matando, no hay diferencia en que los equipos que tienen manchado sus nombres devuelvan lo que consiguieron con plata del narcotráfico. Si no lo hacen, se seguirá apelando a los títulos conseguidos por los narcos. Jhon Álvaro Clavijo/ http://twitter.com/siperohoyno
Actualizado: enero 25, 2017 11:58 a. m.