Convertirse en referente del fútbol femenino en el continente sudamericano y máxima goleadora histórica de la Selección Colombia y de la Copa Libertadores, no es una tarea fácil. Detrás de esas gestas hay una historia por contar, llena de unos cuantos esfuerzos, sacrificios, lágrimas, sudor y demás. Así se lo reveló Catalina Usme, quien 'abrió su corazón'.
En entrevista exclusiva con el programa 'Los Informantes', de Caracol Televisión, la futbolista expresó que nunca se dio por vencida, pese a las dificultades. Durante su adolescencia, viajó en bus, desde Marinilla hasta Medellín, por varios días, con dos horas de ida y dos de vuelta, para poder entrenar con el equipo femenino Formas Íntimas y empezar su camino.
El sueño y objetivo eran claros, pero a la vez un poco desgastante. "Hubo un punto que dije que no quería más, que este tren de vida no me gustaba y la respuesta de mi mamá fue la mejor porque me levantó de inmediato", afirmó, dando paso a la parte donde su señora madre, Luz Marina Pineda, fue pieza clave, con sus consejos llenos de sabiduría.
"Ella respondió: 'mija, es que usted pensaba que lograr lo que usted quería en la vida iba a ser fácil, que le iba a caer del cielo. Si es lo que usted quiere, esto es lo que debe seguir haciendo, luchando. En caso de que no, pues listo, lárguese'. Me acosté llorando, con rabia, y al otro día, me levanté otra vez, fui a estudiar, a entrenar y seguir", dijo Catalina Usme.
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Así las cosas, decidió salir adelante y luchar hasta el final. Por eso, su progenitora la aplaude y elogia en la actualidad, con mucho amor. "Soy la persona más orgullosa y alcahueta del planeta. Cuando la veo en una cancha, se me eriza la piel. Nos han tocado unos partidazos, que me siento feliz, lo recuerdo con un gran cariño", añadió doña Luz Marina Pineda.
Pero los agradecimientos son mutuos. "Admiro mucho a mi mamá, que se aguantó muchas cosas. Le decían: 'qué pecado tu hijita tan bonita, en una cancha de fútbol' y aún así me dejó seguir adelante. Yo le decía que sí había fútbol femenino y me dejaba", informó 'Cata', quien, tiempo más adelante, vivió otra situación difícil y que la puso contra las cuerdas.
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Sufrió un par de lesiones en la rodilla que casi la sacan de las canchas para siempre y no tenía seguro médico. Por fortuna, en la segunda lesión, un cirujano la operó gratis. "Debía pagar el injerto y anestesiólogo. Cuando llego, en la recepción me dicen que debo pagar cinco millones, entonces llamé al doctor, sale furioso, dice cómo así y pagó con la tarjeta", recuerda.
De esa manera, Catalina Usme pude volver a las canchas a seguir mostrando su talento, magia, calidad y liderazgo, hasta el punto de que se recuperó de la lesión en tiempo récord y pudo disputar su primer Mundial, siendo capitana, goleadora, referente, en fin. Fue así como, esos capítulos de su vida, forjaron el carácter y le permitieron ser quien es hoy en día.