Los jugadores comenzaron a sentarse en el centro de la cancha, antes de iniciarse los partidos del torneo de primera división, como una protesta frente al veto de algunos conjuntos contra compañeros que reclaman derechos y que exigen su inclusión en las discusiones de la ley guiada a ellos.
La acción fue aprobada en la asamblea de la Asociación de Futbolistas Profesionales, Acolfuturo, y se inició en el compromiso Atlético Huila y Nacional el viernes. Prosiguió en el choque La Equidad-Millonarios el sábado por la noche, y todo indica que se extenderá a todos los estadios del país.
Los jugadores mostraron pañuelos blancos con la leyenda: "No al veto, ley concertada con los futbolistas".
Los futbolistas piden ser tratados como cualquier trabajador en Colombia, con seguridad social, incremento de sueldos, descansos y claridad en la conclusión de sus contratos.
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Respaldados por normas vigentes, se desvinculan de los equipos que se retrasan en la cancelación de las obligaciones laborales, y algunos clubes, a manera de represalia, procuran obstaculizar su paso a otro.
Los jugadores a menudo apelan a la justicia ordinaria para tratar de defenderse mientras prevalecen las disposiciones de la Federación Colombiana de fútbol y la liga profesional Dimayor, ambas entidades particulares.
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El ministerio de Trabajo alista entretanto un proyecto de ley sobre su actividad, y los futbolistas esperan que mediante la protesta silenciosa, en el Congreso se escuchen sus puntos de vista.