Getafe finalizó su aventura en la Europa League tras perder 2-0 ante el Inter , que aprovechó mejor sus ocasiones y dejó fuera de la competición a un equipo que falló un penalti en las botas de Jorge Molina que podría haber dado la vuelta a la eliminatoria.
Parece que el Getafe tiene una especie de gafe histórico en los momentos clave de sus grandes citas. En la retina de muchos aficionados quedó aquella eliminación frente al Bayern de hace 12 años, con un gol del italiano Luca Toni en el minuto 119 de la prórroga que hizo llorar a toda una ciudad.
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El tiempo pasa muy rápido y más de una década después de ese duelo, el Getafe se vio inmerso en otro duelo de nivel máximo con el que aspiraba a igualar aquellos cuartos de final de la Liga Europa de 2008. La oportunidad no le llegaba en su mejor momento del curso. Tal vez, los hombres de Bordalás habrían preferido disputarlo en marzo.
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En esos momentos previos al estado de alarma, estaba en plena ebullición. Acababa de eliminar al Ajax, peleaba por la Liga de Campeones en LaLiga y vivía días de vino y rosas. Sin embargo, la pandemia generó dudas en la vuelta y, de repente, descendió hasta los infiernos con una victoria en once encuentros.
Perdida su plaza europea, quedaba el choque ante el Inter como revulsivo a un mal final de temporada y cuya nota general bailaba entre el sobresaliente y el notable. Su rival, de relumbrón, era el mejor posible para destacar y regresar a los tiempos felices de marzo.
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Antonio Conte predijo en la víspera un duelo "sucio" y se encontró con un rival impecable. Bordalás reforzó el centro del campo con David Timor, colocó un trivote y un delantero, Jaime Mata, y con ese sistema ahogó literalmente al Inter durante 25 minutos.
En ese tiempo, funcionó una presión muy intensa casi en el área del esloveno Samir Handanovic. Duró lo que aguantó el físico, pero estuvo a un pelo de funcionar. Pero, como siempre en los últimos tiempos, al Getafe le falló la falta de acierto en los últimos metros.
Primero pudo marcar el serbio Nemanja Maksimovic, pero se encontró con un paradón del portero del Inter tras cabecear un centro del uruguayo Damián Suárez a los dos minutos. Después, fue Jaime Mata quien no acertó ante Handanovic y se fueron al limbo dos ocasiones de oro.
Hasta ese momento, el Inter aguantó el chaparrón como pudo. Conte apostó por sentar al danés Christian Eriksen para sentar a Roberto Gagliardini y faltó algo de pausa en la salida. Además, en una señal de respeto, utilizó a D'Ambrosio, más conservador en la derecha que Condreva, en el banquillo junto a los suplentes.
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Fue Lautaro Martínez quien despertó a su equipo . El argentino mostró sus credenciales al Barcelona y en un minuto y medio se encargó de acabar con el dominio del Getafe. Sólo David Soria, con dos intervenciones de mérito, evitó el primer tanto del conjunto italiano, que poco después sí acertaría.
El belga Romelu Lukaku, en hibernación hasta pasada la media hora, apareció de repente, salido de la nada, para coger la espalda a Xabier Etxeita y aprovechar un pase largo de Alessandro Bastoni. Un remate, un gol y su diana número treinta esta temporada al saco.
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Con muy poco, apenas tres zarpazos, el Inter se marchó al vestuario por delante con la sensación de haber acabado con el empuje del Getafe, que tardó recuperar el ritmo de los primeros 25 minutos. Con más corazón que fuerza, intentó otra vez la presión inagotable, pero el Inter, esta vez, salió indemne en el inicio.
Incluso pudo finiquitar la eliminatoria con un remate acrobático de D'Ambrosio que obligó a intervenir de nuevo a Soria, que dio aire a un equipo que se reactivó con la entrada de Ángel Rodríguez. Con dos delanteros, el Getafe volvió al ataque, pero, de nuevo, como en casi todo el final de curso, la suerte le fue esquiva.
Como ante el Levante en la última jornada de Liga, dispuso de un penalti decisivo. Entonces, lo falló Jaime Mata, que había transformado los últimos 25 de su carrera y el Getafe se quedó sin Europa. Entonces, apareció Godín para tocar con la mano un centro de Jason Remesero. Tras revisar el VAR, Anthony Taylor decretó la pena máxima y de nuevo la desgracia se ciñó sobre los hombres de Bordalás.
Justo antes, el técnico alicantino había sacado del campo a su especialista. Sin Jaime Mata, Jorge Molina tomó la responsabilidad de lanzar un penalti histórico. No acertó. Lo mandó fuera y ahí se esfumaron todas las oportunidades de un equipo que parece gafado en momentos cumbre de su historia.
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Si en 2008 besó la lona frente al Bayern en el minuto 119 de la prórroga con un gol de Luca Toni que nadie olvida por Getafe, más de una década después el club presidido por Ángel Torres escribió otro capítulo desgraciado de su historia.
Del tanto de Toni, se pasará al penalti de Jorge Molina. El tanto postrero de Eriksen fue una anécdota. El Getafe ya estaba KO. El fallo de Molina fue una losa muy pesada para un equipo que murió con dignidad para cerrar una temporada notable que pudo ser sobresaliente. Los detalles, lo evitaron y al final en este fútbol sin alma en época de coronavirus prima la calidad. Y, el Inter, tiene más.
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