El clásico pendiente por la novena fecha de la Liga Aguila generaba miles de expectativas. No sólo por lo que representa el choque entre los dos más grandes del fútbol en nuestro país sino por el momento actual de cada uno de ellos, ubicados antes de la contienda en el tercer y cuarto puesto. El buen momento de Nacional en liga y Copa Libertadores y el repunte del “ballet azul” en las últimas fechas del rentado local invitaban a sentarse detenidamente a observar el desarrollo y desenlace del partido de partidos en Colombia. Un primer tiempo parejo, con llegadas de ambos bandos, donde los arqueros debieron esforzarse en varias ocasiones para evitar la apertura del marcador. Un primer tiempo que invitó a las 2 hinchadas a soñar con llevarse el rótulo de ganadores del crucial juego. El segundo tiempo, sin embargo fue diferente. El inteligente planteo de Ruben Israel y sus dirigidos, evitando la salida de Nacional por los costados y cortando la conexión del cerebro Macnelly Torres con la ofensiva verdolaga logró la incomodidad del conjunto paisa que no se halló en la grama del Campín, la misma que tantas alegrías le ha dado. Robayo y Estrada, los artífices de esa incomodidad. Marlos e Ibarbo fueron intrascendentes y no pesaron gracias a ellos. Millonarios presionó desde bien arriba la salida de Nacional, lo invitó al error, lo sofocó y lo arrinconó. Dos presiones, dos errores, y dos goles vitales de David Macalister Silva, un jugador que ayer en especial sudó su camiseta, y que permiten que el cuadro embajador pueda encarar lo venidero desde la tercera posición, gane confianza y se consolide su forma de jugar, a veces criticada por muchos, pero eficiente. Un párrafo aparte fue el gol del descuento nacionalista. Tan aparte que fue producto de un descuido del arquero Vikonis que no trascendió, salvo por la actitud arrogante de su autor, Berrío, quien lo cantó a rabiar sin entender que faltaba hacer otro para salvar la noche. Ganarle a los grandes y más de la forma en que se logró ayer tiene que tener al hincha azul contento. Ellos sí que saben corresponder a los buenos resultados y al buen fútbol adornando y coloreando de azul el estadio, como lo hicieron ayer. Esta es la forma en que los hinchas de Millonarios piden que su equipo juegue y demuestre pundonor por los colores que defiende. Para el fútbol nuestro, siempre será mejor ver a los grandes arriba en la tabla y peleando el título, siempre. Atlético Nacional deberá entrar en un periodo de reflexión, puesto que ayer nada salió, ni la calma, ni la definición, ni la paciencia ni mucho menos, el fútbol. Felicidades a todos los Embajadores, dueños del último clásico. ¡A disfrutarlo! Por: Iván Liévano // @ivanlievano
Actualizado: enero 25, 2017 12:00 p. m.