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La relación entre la asamblea de Millonarios y mi viejo

El próximo sábado 22 de Marzo mi papá cumpliría 73 años, hace 5 se fue de mi lado. Del primer partido que me llevó recuerdo claramente una atajada de Luis Jerónimo López en el arco sur, yo tenía 5 o 6 años, no sé bien.  Supe lo que era llorar de alegría con él el 20 de Diciembre de 1997 cuando el árbitro pitó el final de ese Milllos Vs Junior, lo volví a saber en 1988 cuando nos encontramos en la 26 en medio de la gente recibiendo al equipo campeón.  También supe qué es llorar por el fútbol pero por rabia e impotencia el fatídico día que Hernán Silva pitó ese maldito partido que hoy marca diferencias irreconciliables con Atlético Nacional.   Y recordé de nuevo qué se sentía llorar de alegría el 16 de Diciembre de 2012 cuando Lucho Delgado tapó el penalty más recordado en nuestra historia y giré para abrazarme con mi hijo Tomás de 8 años y veía cómo su carita se le transformaba en un mar de emoción y llanto mientras yo gritaba al cielo saludando a mi viejo y dándole gracias eternas por hacerme hincha de Millonarios. Pues no quiero que el día de la próxima asamblea de socios que coincide con el cumpleaños de mi viejo se convierta en día de rabia e impotencia para que nuestro amado azul siga en ese limbo institucional por cuenta de indeseables como los Ortiz y diría que el propio Serpa aunque es verdad que no ha gobernado directamente. Ese día por la memoria de mi viejo que Millonarios empiece a salir para siempre de inescrupulosos, mafiosos y especuladores de bolsa.   Que nunca más vuelvan. Quiero que lleguen auténticos hinchas a quienes les duela que se pierda un lápiz de las oficinas. Quiero que la cabeza visible sea un tipo digno, honrado, futbolero pero no cometero, astuto para sacar lo mejor de la marca y para el crecimiento exponencial de nuestra gloriosa hinchada, hábil para saberse rodear de gente que sabe ver fútbol, rápido para delegar la observación desde el bajo perfil de jugadores talentosos  de divisiones inferiores del propio Millonarios y de cualquier cancha de potrero del país entero. Quiero una junta directiva de gente decente, humilde de espíritu, con tiempo en su agenda para Millonarios. Quiero un equipo directivo con decisiones razonables que tenga presente siempre que el resultado deportivo es lo que empuja el marketing y no al revés. Quiero que la gente que maneje a Millonarios sea gente adaptable a la raza que representan marrulleros y jodidos como Jesurum, Salazar, Pimentel y Cadena.  Y que seamos más inteligentes y rápidos que ellos. Quiero que los elegidos para liderar a Millonarios sepan hacer realidad el sueño de tener una sede propia y que forjen las bases necesarias para que en un día no lejano tengamos nuestro propio estadio. Quiero gente que nos hable claro y que nunca nos digan mentiras de nuestra realidad financiera, administrativa y deportiva. Quiero directivos que tengan sentido de autocrítica y que sepan mantener a raya las presiones de periodistas a la espera de una crisis para hacer leña con nuestros colores. Quiero directivos que lloren por una muy dolorosa derrota pero que sepan levantarnos a todos de nuevo para el siguiente partido. Lo que quiero desde el fondo de mi corazón azul, es ir a la tumba de mi viejo al otro día de la Asamblea y decirle que su equipo le regalará de cumpleaños lo mejor de lo mejor a él y a los que seguimos acá esperando de nuevo el día que lloremos todos de alegría abrazados en la tribuna.              

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