Ni Granit Xhaka, con una expulsión torpe, pudo dinamitar a un Arsenal que aguantó 70 minutos con uno menos en Anfield y contuvo a un Liverpool sin ideas y que no disparó ni una vez a puerta para seguir con vida en las semifinales de la Copa de la Liga (0-0).
El suizo amagó con echar por tierra la única opción de título del Arsenal esta temporada, con una patada infantil y como último hombre a los 24 minutos, que le mandaron a la caseta y obligaron al Arsenal a defenderse y poco más para llegar vivos al Emirates Stadium.
Este Arsenal de Mikel Arteta tiene un problema con las tarjetas rojas y la de este jueves es la décimo tercera desde que llegó al cargo, cinco más que el Southampton, segundo en esta particular clasificación. En un balón en largo de Robertson, cuando apenas se superaron los 20 minutos de partido, Jota controló con el pecho a la vez que Xhaka, superado, se lanzó y le pegó una patada. El suizo era el último hombre y se fue a la calle con roja directa. La quinta desde que llegó al Arsenal en la 16/17. Otra vez dejaba tirado a su equipo por una torpeza.
Publicidad
A Arteta le supuso desprenderse de Nketiah y tener que meter a Holding, aunque el guion cambió poco, porque el Liverpool continuó con el dominio previo al gol, pero sin inquietar a Ramsdale, que daba las gracias de que Sadio Mané y Mohamed Salah estén en la Copa África.
Porque al Liverpool le faltaba creatividad y pegada. Sin Thiago, con un centro del campo puramente defensivo, y sin su dupla arriba, el equipo quedaba a expensas de alguna genialidad de Jota, de la falta de gol de Firmino o de un Minamino que ha marcado dos goles en Anfield desde que fichó por los 'Reds'. No fue de extrañar que la más peligrosa para Ramsdale en los primeros 60 minutos fuera un centro chut del japonés que se envenenó y casi se cuela en su portería.
Publicidad
Entró Curtis Jones, para dar algo más de ritmo, pero el partido estaba estancado, condenado al 0-0. Incluso la tuvo el Arsenal, en una transición ofensiva con centro de Tierney que pilló Saka entre Van Dijk y Matip. El control no fue bueno, pero el inglés se las ingenió para encontrar un disparo contra Alison que tapó el brasileño.
La producción ofensiva de los de Jürgen Klopp fue un drama y no dispararon ni una vez a puerta en todo el partido. Ni jugando contra diez. Aceleraron en los minutos finales, cuando Minamimo, sin portero, mandó la última a la grada, pero ni con esas. Ocho meses después, el Liverpool se quedaba sin marcar en Anfield. La última vez fue en la vuelta de cuartos de final contra el Real Madrid en la Champions.
La única noticia positiva para la vuelta del próximo 20 de enero es que difícilmente ese encuentro será peor que lo visto este jueves en Anfield.