En un
comunicado el Inter señaló que aplicará a Icardi "la sanción prevista por
haber violado el reglamento interno del club, firmado por todos los
jugadores".
Según
los medios italianos, esto significa que Icardi recibirá una fuerte multa. En
cambio no se indica que pierda su brazalete de capitán, lo que reclaman algunos
'tifosi'.
Pese
a que a sus 23 años ya ha marcado 58 goles en 115 partidos con el Inter, los ‘tifosi’
de la Curva Norte recibieron a Icardi con pitos y pancartas ofensivas,
disconformes con un capítulo de la biografía del jugador que acaba de publicar,
en el que el argentino da su punto de vista de un enfrentamiento que tuvo con
los aficionados interistas tras una derrota contra el Sassuolo en febrero de
2015.
Icardi
critica especialmente a un líder ‘ultra’ que supuestamente le quitó de las
manos a un niño una camiseta que el delantero acababa de lanzar hacia la grada
y se la devolvió gritándole "bastardo".
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El
futbolista añade en el libro que después habló con los dirigentes del Inter,
inquietos por posibles problemas con los aficionados, para decirles que estaba
dispuesto a "traer a un centenar de sicarios argentinos" para
defenderlo.
Con
este ambiente el Inter cayó 2-1 el domingo ante el Cagliari ante su público y
ahora ocupa la posición 11 de la Serie A.
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A
pesar de las excusas y de las explicaciones del jugador en un texto publicado
en Instagram, Javier Zanetti, vicepresidente del Inter, se puso de parte de los
hinchas: "Habrá consecuencias. Para nosotros, los aficionados son lo más
importante y hay que hacer todo lo posible para respetarlos".
En
el comunicado publicado este lunes por el Inter Icardi repite sus disculpas y
añade que solicitará que las páginas polémicas de su libro sean retiradas.
Desde
el domingo otro grupo de aficionados del Inter se puso de parte del jugador,
lanzando una petición de apoyo que ha recibido más de 5.000 firmas este lunes.