Con un trabajo serio, apalancado en el poder de una fuerte
organización empresarial, el Atlético Nacional marca una nueva era en la
historia del fútbol colombiano, lejos del estigma del narcotráfico que cobijó
al balompié cafetero en las décadas de 1980 y 1990.
Poseedor de 26 títulos entre torneos nacionales e
internacionales, el conjunto verdolaga se encumbró como el más exitoso del
fútbol local, sucediendo a otros clubes que marcaron la historia del balompié
profesional colombiano que nació en 1948.
"En la historia Millonarios fue bueno hasta los años
1960", dijo el estadígrafo e historiador Guillermo Ruiz, quien recordó que
el cuadro azul fue famoso por tener grandes jugadores como Aldredo Di Stéfano y
haber derrotado a Real Madrid en 1952.
Ruiz recordó que el trono lo ocupó también el Deportivo Cali,
"que fue el primer finalista colombiano en la Copa Libertadores en
1978", que perdió con Boca Juniors de Argentina.
Publicidad
Luego América de Cali, que fue múltiple campeón en el país y
cuatro veces subcampeón de la Libertadores, y "ahora Nacional que ha ganado todo, incluidas dos
copas Libertadores, gracias a que se organizó como club, con un trabajo serio y
bien hecho", dijo Ruiz.
Además de ser campeón de la Libertadores 2016, Atlético
Nacional pudo haber sumado el otro título regional a nivel de clubes, pero la
semana pasada ocurrió el trágico accidente aéreo con los jugadores de
Chapecoense brasileño, cuando se dirigían a Medellín a jugar la final de la
Copa Suramericana.
Publicidad
Nacional nació en 1947 con el nombre de Club Atlético
Municipal de Medellín con la idea de vincular solo jugadores del municipio,
pero a partir de 1951 incorporó varios jugadores de otras partes del país y
adoptó su nombre actual.
Esa historia de defensa del jugador regional y nacional, le
dio una impronta que siempre defendió, pese a que en diversas épocas incorporó
jugadores extranjeros.
Sus éxitos incluyen 15 títulos de la ligas locales, tres de
la copas nacionales, dos Libertadores, dos Copas Merconorte, dos interamericanas
y dos Superligas locales.
Momento oscuro
Publicidad
Su momento más oscuro ocurrió en la décadas de 1980 y 1990 en
el que la sociedad colombiana y el futbol en general fue permeada y golpeada
por el narcotráfico, lo que llevó a que miembros del cartel de Medellín
invirtieran en el equipo.
Esa época, en la que dineros ilegales ingresaron a clubes
como Millonarios y América, cesó definitivamente para Nacional a mediados de
los 90, tras el ingreso de la Organización Ardila Lulle, un emporio económico
de múltiples empresas que comenzó a invertir en el "Rey de Copas".
Publicidad
"Ellos se propusieron desde 1996 que tenían que ser un
equipo importante en el continente", dijo el periodista Nicolás Samper,
para quien el proceso, pese a que no produjo resultados inmediatos, "gana
porque se organizó como empresa con objetivos muy claros".
Samper indicó que Nacional no se encumbró en el continente
solo por su poder económico, sino a también porque en esos 20 años aprendió de
muchos técnicos y construyó "una propuesta ordenada que tiene norte".
Ese norte ha permitido que Nacional sea "un equipo
pionero en la creación de un estilo de juego que entretiene y que interpreta
muy bien el sentir del colombiano", indicó, por su parte, el exjugador y
entrenador Alexis García, campeón de la Libertadores con el ‘verdolaga’ en
1989.
García indicó que Colombia vive una época brillante en la
aparición de jugadores, gracias a que las jóvenes promesas tienen espejos de
grandes estrellas como Carlos Valderrama, Faustino Asprilla o René Higuita,
quienes surgieron "casi por generación espontánea".
Publicidad
"Ahora esos espejos y el trabajo de los clubes como
Nacional hacen que los jugadores salgan más maduros, con objetivos más claros y
manteniendo ese talento que siempre ha habido en Colombia".
Nacional representa parte de esa evolución que ha tenido el
deporte en Colombia y ahora, tras ganarlo casi todo en Suramérica, busca la
oportunidad de poner su nombre en lo más alto de Olimpo del futbol mundial, ese
el objetivo que lo lleva a Japón.
Publicidad