A sus 29 años, Gonzalo Pizzichillo se convirtió en el último refuerzo y carta de salvación del técnico Julio César González, que ve en su compatriota la solución a la poca productividad ofensiva del equipo nortesantandereano.
A su llegada a la ciudad de Cúcuta, Pizzichillo manifestó que "uno cuando tiene el llamado de un equipo importante de Colombia siempre quiere venir y con mi humilde aporte voy a brindar lo que sea para tratar de salir de esta situación que no es nada agradable. Creo que se formó un buen cuerpo técnico, un buen plantel y por eso vamos a salir adelante".
El oriundo de Paysandú ha jugado en los equipos uruguayos Estudiantil Sanducero, Peñarol, Central Español, Rampla Juniors, Wanderers, Club Juventud y Tanque Sisley. En Italia vistió los colores del Olbia Calcio, en México los del Irapuato, en Ecuador se puso la camiseta del Olmedo, y en Guatemala la del Deportivo Suchitepéquez.
Pizzichillo se define como un delantero "que se siente bien en casi todas las posiciones. No soy casi de quedarme en el área estilo ‘nueve' centro, pero si el técnico así lo requiere estoy dispuesto a hacerlo sin ningún inconveniente. Generalmente por los costados o como punta me siento mejor para explotar más la velocidad".
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En cuanto a su proceso de adaptación al equipo y a la ciudad, el atacante enfatizó que "en corto plazo ya voy a estar listo al ciento por ciento".