Gol Caracol
Resultados de fútbol
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Con 11 títulos de Primera Divisón, una Copa Colombia, una Superliga y 5 trofeos internacionales, incluyendo la Libertadores de 1989, el equipo verde recibe sus 66 años. Así fue su última estrella.
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El delantero colombiano marcó tres goles en la victoria 4-1 ante Chelsea, por la Supercopa de Europa.
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El fútbol siempre va a rescatar ese niño que tenemos dentro y por eso, como un homenaje en el Día del Niño y un agradecimiento a nuestros aficionados, les presentamos a los pequeños de nuestra gran familia.
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Rever y Neymar marcaron para los brasileños, mientras que Marcos González y Eduardo Vargas anotaron para los chilenos en el juego que se disputó en el renovado estadio Mineirao.
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Es en el campo de juego donde todas las declaraciones, predicciones y opiniones quedan atrás. Cuando se da el pitazo inicial no hay otro momento que el ahora, la toma de decisiones en cada una de las acciones, es la que orientará las posteriores conclusiones. Dicen que los médicos conocen mejor que nadie los riesgos de su profesión, por lo que actúan conforme a su ética y capacidad sabiendo que la toma de sus decisiones puede ser la vida o la muerte. Gabriel Ochoa Uribe, ‘El Médico’ como le decían, inició su carrera como jugador en el América, donde se dio a conocer como portero de poca estatura pero de gran destreza, posteriormente fue transferido a Millonarios donde encontró un lugar entre las grandes figuras en la época del Dorado. Como entrenador fue el artífice de la obtención de los primeros títulos de Millonarios, En 1966 paso a dirigir al rival de patio, Santa Fe. En 1979 llego al América de Cali, equipo que logró sacar campeón por primera vez en el fútbol colombiano, título que sería solo el comienzo de una época llena de gloria, figuras y controversias. El profe Ochoa, es considerado uno de los entrenadores más importantes en la historia del fútbol colombiano, es el entrenador con más títulos conseguidos en un mismo equipo. Llevó al América a la cúspide del balompié nacional, cosechando en 1986 seis títulos, cinco de ellos de manera consecutiva (82, 83, 84, 85, 86), record que todavía ostenta la escuadra escarlata, además de ser tres veces subcampeón de la Copa Libertadores. En su nómina se encontraban figuras de la talla de Juan Manuel Battaglia, Willington Ortiz, Roberto Cabañas, Ricardo Gareca, Julio César Falcioni entre otros. Justamente ellos, el ‘Tigre’ Gareca: pieza fundamental en el ataque del América multicampeón de Ochoa; y Falcioni: Su hombre de confianza en el campo y referente dese la portería, posición que ‘El Médico’ conocía muy bien, han sido sus pupilos más queridos y que mejor han interpretado sus enseñanzas. Al punto que previo a las eliminatorias de 1986, ya como entrenador de la selección Colombia, Ochoa le propuso a Falcioni que se nacionalizara para que pudiera jugar para Colombia, algo que finalmente no sucedió por la presión del periodismo de la época. Ya como entrenadores, los dos supieron abrirse camino por medio de su trabajo. ‘El Tigre’ Gareca empezó su carrera con un exitoso paso por Talleres de Córdoba, lugar donde hoy en día es recordado con agradecimiento, luego regresó a Colombia donde dirigió al América en 2005 y a Santa Fe en el 2006. Finalmente encontró su lugar en el mundo en su actual equipo: Vélez Sarsfield. Muchos le dicen: El Ferguson del fútbol argentino, ya que en la vorágine del mundo actual, es el único técnico en primera división con más de 4 años en su cargo, donde ha obtenido tres títulos locales. Por su parte Julio César Falcioni empezó su periplo como entrenador justamente en Vélez, donde no obtuvo buenos resultados, en 2005 llegó a Independiente con quien hizo muy buenas campañas además de promover a jugadores como el ‘Kun’ Agüero. Su primer título como entrenador llegaría en el 2009, con James Rodríguez en su mejor momento llevó a Banfield a la obtención de su primer campeonato en primera división. Este logro le permitió en 2011 hacerse cargo del primer equipo de Boca Juniors, con quien obtuvo en ese mismo año el campeonato local, y en 2012 la primera edición de la Copa Argentina. Luego de una seguidilla de malos resultados fue injustamente despedido por una disputa con el máximo referente del plantel: Juan Román Riquelme. El 2011 fue el año en que dos discípulos de los principios y enseñanzas del profe Ochoa se consagraron campeones con sus equipos de manera consecutiva en el fútbol argentino: Gareca en el clausura y Falcioni el Apertura. Al finalizar el año y demostrando su amistad que ha perdurado a lo largo de los años, los dos concedieron juntos varias entrevistas, donde hablaban de sus grandes recuerdos de Colombia y de Ochoa Uribe. Falcioni solo tuvo elogios para quien fue su maestro dentro y fuera de la cancha, hablo de él como persona y entrenador: “Era un hombre que desde su capacidad y su trabajo hacia que las cosas salieran bien, hizo un equipo multicampeón” afirmó luego de que Gareca recordara algunas anécdotas de la época. Muchos recordaban y los alababan por su gran triunfo como entrenadores, además de ser grandes amigos ahora eran los dos mejores entrenadores del fútbol argentino. Lo que muy pocos reconocían es que sus conocimientos futbolísticos y gran parte de su estilo de juego se lo debían al profe Ochoa, fue él quien los formó y perfeccionó en aquel imbatible América de Cali de la década del 80’. Los que recuerdan la manera de jugar de Ochoa, se dieron cuenta que él Boca de Falcioni no era otra cosa que la interpretación de lo que había aprendido en Colombia, muchas veces criticados por lo mismo, eran equipos que primero aseguraban el cero en su propia puerta como principal arma para lograr el triunfo, la diferencia estaba en las figuras de la época del América, quienes en un contragolpe definían un partido por su capacidad individual. Viendo al Boca de hoy, es fácil darse cuenta que Falcioni hizo magia con esa defensa, los que lo echaron de manera desagradecida, ahora si valoran haber salido campeones con la valla menos vencida y de manera invicta, habiendo conseguido una efectividad del 60% de los puntos y un promedio de goles en contra de 0,894 por partido, con el mismo plantel que le acaban de meter 6 goles en un mismo encuentro. Gareca, como atacante de aquel equipo pentacampeón, interpretó el juego ofensivo del profe Ochoa, asegurando siempre la posesión del balón y la técnica de jugadores de mitad de cancha para adelante. Respaldado por una institución modelo del fútbol argentino, con una estructura de divisiones inferiores que nada tiene que envidiarle a los mejores clubes de Europa, ‘El Tigre’ supo darle estabilidad a jugadores discutidos y seguridad a las jóvenes promesas de la entraña del club para cuando tuvieran una oportunidad. Conocí muchas personas que vienen a Buenos Aires encantados por la idea de aprender los conceptos para ser un buen entrenador, con varias escuelas de renombre sin duda que este es un buen lugar para nutrirse y respirar fútbol. Anonadados por la idea de conocer más sobre la doctrina de Bilardo o de Menotti, se aventuran con la necesidad de tener una mejor preparación que la que se brinda en Colombia. Para Gareca y Falcioni, la mejor escuela quedaba en Cali, el mejor recinto era el vestuario y a su gran maestro le decían ‘El médico’, aquel que les enseño el valor de la vida y el trabajo con principios. Bien dicen que las palabras mueren en el campo de juego, pero las grandes enseñanzas perduran a través del tiempo. Por: Daniel Santamaría Jaramillo. Twitter: @danielsaja03
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El presidente de la FIFA, indicó este miércoles que el fútbol vive un momento "más importante" que el béisbol en Cuba.
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Viáticos para ir a Madrid. La semana siguiente, a München. Quizá en un mes, Milán o Londres. Llegar allí, darse una vuelta, conocer la ciudad, quedarse en un buen hotel. Entre una cosa y otra, algo de trabajo: pararse en primera fila a ver en vivo y en directo a los mejores futbolistas del mundo sin preocuparse de nada. Quizá todos hemos soñado alguna vez con un trabajo así. Descrito de esta forma suena hasta idílico. Y esto es lo que hace el quinto (y el sexto) árbitro. El fútbol tiene como uno de sus componentes esenciales el atribuirle un poder casi absoluto al árbitro de turno. Como lo indica su nombre, sus decisiones son eso, arbitrarias. Son indiscutibles y prácticamente irreversibles. Y tienen una capacidad única de alterar no solo el resultado sino el devenir de un partido, con las implicaciones lógicas que tiene eso en la psicología y en la economía de miles de personas que están implicadas laboral y emocionalmente con los equipos que están en juego. Por eso es tan importante que los árbitros tomen decisiones correctas. Sabiendo todo lo que puede llegar a implicar una equivocación, la UEFA quiso limitar el margen de error poniendo un juez en cada arco para que colabore en la toma de decisiones que se refieren a goles o jugadas dudosas en el área. Pero la búsqueda de la solución es también el inicio del problema, porque, utilizando una lógica un poco improcedente, podríamos decir que a más árbitros, mayor arbitrariedad. Bajo el refrán popular que dice que poco ayuda el que mucho estorba, el quinto y sexto árbitro amparan su inutilidad precisamente en el hecho de que tienen cuatro personas por delante con más responsabilidades que ellos. Dicho en otras palabras, tienen cuatro espaldas detrás de las que esconderse. Suficiente como para no complicarse la vida nunca en decisiones que puedan arrostrarle insultos y responsabilidades innecesarias. -“¿Hermano, fue penal”? –“Uy, no vi bien. Yo creo que ese man se tiró. Pero lo que le diga es mentira”. Esa podría ser la reproducción de una conversación que se repite repetidas veces entre el juez central y el quinto árbitro. Éste último, a sabiendas de que el que recibirá el chaparrón será el otro, nunca se va a mojar innecesariamente. De hecho, desde que existe la medida de poner más árbitros, nunca he visto uno solo que lo haga. Ni un gol, ni un penal, ni una mano, nada. Nunca he visto a uno solo de esos colegiados siendo determinante en una decisión del central. Es por eso que se convierte en urgente que las autoridades del fútbol comiencen a tomar medidas que no sean solo paños de agua tibia para resolver los problemas arbitrales. Es cierto que hace parte de la esencia del fútbol, pero podemos mejorar el juego sin necesidad de quitar lo esencial. A todos nos encanta llegar al bar o al café a discutir eternamente sobre determinada jugada, y nos gusta todavía más que el consenso sea casi imposible. No pretendo que el fútbol sea un deporte jugado entre robots, pero sí quisiera que fuera un poco más justo. O que por lo menos tenga las herramientas para serlo. Los cuartos de final de la Champions League fueron muestra clara que lo del quinto y sexto árbitro no funciona. En las cuatro llaves hubo polémicas arbitrales de todo tipo y en ninguna aparecieron estos muchachos para resolverlas. Penales no cobrados y goles mal convalidados fueron la constante en esos ocho partidos. La figura del quinto árbitro, concebida para esconderse, metió la cabeza en la tierra como el avestruz. Al fin y al cabo, el que recibe los palos de la prensa y los insultos de los hinchas sería el central o el juez de línea, como efectivamente sucedió. En fin, que viajar a Madrid o a München o a Milan a ver un partido de alto nivel en primera fila es un deseo de todos. Por eso criticar la figura del quinto árbitro puede ser solo un producto de la envidia por no ser yo el que ocupa ese lugar. Pero quizá, en algún rescoldo de mi corazón, lo que deseo es que el fútbol sea un deporte un poco más justo. Por eso aspiro a que entre todos busquemos soluciones más efectivas, distintas a simplemente ampliar las posibilidades entre los potenciales destinatarios de nuestros insultos. Por: Luis Miguel Bravo Álvarez (@LMiguelBravo )
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El actual campeón del fútbol profesional colombiano, que ya estaba eliminado de la Copa Bridgestone Libertadores desde la pasada fecha, perdió en el último minuto del partido disputado contra Xolos de Tijuana (Méx), con solitario gol del ecuatoriano Fidel Martínez. Un grosero error del defensa Leonard Vásquez, permitió que el equipo mexicano anotara en las postrimerías del juego y consiguiera una victoria en un partido que se creía, sellaría un empate entre ‘embajadores’ y ‘calientes’. Pero más allá de buscar y señalar culpables de forma individual, lo de Millonarios fue un colectivo de errores que a la larga, pasaron factura, como tenía que ser. Empecemos por las contrataciones. Millonarios salió de Omar Vásquez, que pasó al fútbol de México (Gallos Blancos de Querétaro) y no contrató en esa posición. Quizás no era el mejor, pero fue fundamental en la consecución del último título conseguido por el cuadro albiazul. Javier Reina, un zurdo con potencial y buen juego, no llegó a Millonarios solo porque no se le hizo ofrecimiento serio al jugador. Los hinchas lamentan la no llegada del talentoso jugador. Wilberto Cosme también salió del equipo, con el mismo destino de Omar, y aunque no era el gran goleador, también facturó en varias oportunidades, inclusive, marcó en el partido de la final contra Independiente Medellín en El Campín, y terminó con una anotación menos que los goleadores del torneo Henry Hernández y Carmelo Valencia, con 9 tantos cada uno. A ocupar su lugar, llegaría Fredy Montero, jugador que militara en el Seattle Sounders de la MLS, y en donde marcaría más de 50 goles con el club. Fredy, acompañaría a Wason Rentería, que tampoco andaba de amores con la red contraria. En la pretemporada y en los primeros partidos (a excepción de la Fecha 1 donde le ganó 3-1 a Equidad), Millonarios mostró falta de gol y, además, su armador ‘10’, Mayer Candelo, se lesionó y no pudo estar en varios partidos de Liga y Copa Libertadores. Todo el peso caía en Hárrison Otálvaro, quien a pesar de dicha responsabilidad, cumplió. José Luis Tancredi, quien también se recuperaba de una lesión, llegaría falto de fútbol, lo que se notó y por eso, el equipo no pudo mostrar el mismo nivel del año pasado, lo que esperaban sus hinchas para haber conseguido mejores resultados en la presente Copa Libertadores. Ya con los partidos oficiales en marcha, Millonarios mostró lo que antes mencionaba y le había hecho falta en la pretemporada: Gol. En 6 partidos, Millonarios solo marcó 2 goles y recibió 8 una diferencia de -6. Amplia diferencia entre ambos ítems. Los goles conseguidos fueron del defensor Pedro Franco (el mejor jugador que tiene actualmente el cuadro capitalino), y el otro, de Wason Rentería, quien dice estar pasando malos momentos en el club. Las opciones de gol que tenía y de las que ‘echó mano’ Hernán Torres, no funcionaron. Ni Fredy Montero, ni Jorge Perlaza pudieron solucionar el gran problema azul. Hoy se intentó con Erik Moreno, pero el resultado fue el mismo. Otro grave error, fue empezar perdiendo en Bogotá contra Xolos de Tijuana, equipo dirigido por el argentino Omar ‘El turco’ Asad. Un rival serio, difícil y tácticamente aplicado. Millonarios tuvo como marcar y ganar ese partido, pero una buena actuación del arquero Cirilo Salcedo y la mala definición de los delanteros azules, no permitió asegurar tres valiosos puntos en condición de local. Lo demás fue siempre igual. Muchas ganas, mucho empuje, cero gol. Solo contra San José de Oruro, el equipo boliviano, se logró la victoria en Bogotá, sufrida por cierto. Millonarios se despide en la primera fase del torneo de clubes más importante de América, como dice el dicho, “sin pena ni gloria”. Ahora, deberá fijar su mirada en el rentado local, del que es colíder con 17 puntos, los mismos que Itagüí (líder) y también de Santa Fe, que es tercero y con quien se verá el próximo sábado cuando se enfrenten en el clásico capitalino número 271. Por Óscar Corredor Twitter @kurkis81
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Aunque ayer se hizo pública una entrevista en la que el 10 azul decía que se iba al finalizar el 2013, hoy rectificó en Gol Caracol y señaló que lo malinterpretaron.
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Los de Vigo alcanzaron un valioso punto frente al líder pensando en su lucha por no descender. Los goles de los azulgranas fueron obra de Tello y Lionel Messi, quien llegó a 43 anotaciones por Liga en la temporada.