Un equipo de investigadores en el Colegio Albert Einstein de Medicina, en la Universidad Yeshiva (Nueva York) usó técnicas de imagen avanzadas y pruebas cognitivas que evaluaron la memoria de los participantes.
"Estudiamos a los jugadores de fútbol porque ése es el deporte más popular del mundo", dijo Michael Lipton, director del Centro de Investigación de Resonancia Magnética. "Hay personas de todas las edades que juegan al fútbol y hay preocupación porque los cabezazos a la pelota -un componente clave de este deporte- puedan dañar el cerebro".
En promedio los jugadores de fútbol cabecean la pelota de seis a doce veces en cada partido, y la pelota puede desplazarse a más de 80 kilómetros por hora. Durante las prácticas los jugadores comúnmente cabecean la pelota más de treinta veces.
Es poco probable que el impacto de cada cabezazo cause daño traumático en el cerebro como la laceración de fibras nerviosas, según señalan estos investigadores. Lo que preocupa a los científicos es el resultado de los impactos repetidos.
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"Los cabezazos reiterados pueden iniciar una cascada de respuestas que lleve a la degeneración de las células cerebrales", anotó Lipton.
Para estudiar las consecuencias de los cabezazos los investigadores usaron una técnica avanzada de imagen por resonancia magnética -llamada imagen con tensor de difusión (DTI por su sigla en inglés)- en treinta y siete jugadores de fútbol adultos, con una edad promedio de 31 años, todos los cuales habían jugado fútbol desde la infancia.
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Los participantes indicaron que habían jugado al fútbol un promedio de 22 años y habían jugado un promedio de 10 meses en los doce meses hasta el estudio.
La técnica DTI "ve" el movimiento de las moléculas de agua adentro y a lo largo de los axones, las fibras nerviosas que constituyen la materia blanca del cerebro. Estas imágenes permiten que los investigadores midan la uniformidad del movimiento de agua -llamada anisotropía fraccional- en todo el cerebro.
Una anisotropía fraccional baja en la materia blanca indica daños en los axones y se ha asociado con los impedimentos cognitivos en los pacientes con lesión traumática del cerebro.
"Los datos de DTI en relación con los cabeceadores más frecuentes en el estudio mostraron anormalidades de la materia blanca similares a las que hemos visto en los pacientes con conmoción", apuntó Lipton.
Los jugadores de fútbol que han cabeceado la pelota entre 885 y 1.550 veces por año mostraron una asinotropía fraccional significativamente más baja en tres áreas de la materia blanca en la región temporal occipital.
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Por su parte, los jugadores que han cabeceado la pelota más de 1.800 veces en un año fueron más propensos a obtener resultados más bajos en las pruebas de memoria comparados con los participantes que han cabeceado menos veces.