"Ambos clubes se pusieron de acuerdo en el traspaso. Para Paolo es algo muy importante jugar en ese club. Le deseamos mucha suerte y éxito en su camino", declaró Arnesen antes de partir a Austria, donde el equipo prepara la próxima temporada.
Guerrero, que de hecho debía pasar en Hamburgo un control de lactato, se encuentra ya de camino a São Paulo para someterse allí a las pruebas médicas, según un comunicado del Hamburgo.
El Hamburgo puede tachar así de su lista de nóminas a uno de sus jugadores mejor pagados, con un salario anual de 4,5 millones de euros, y cobrar además una importante suma por el traspaso, pues el contrato de Guerrero con el club alemán no expiraba hasta 2014, aunque pierde al mismo tiempo a uno de sus mejores delanteros.
En caso de superar las pruebas médicas, Guerrero, que marcó 51 goles en los 183 partidos en los que vistió la camiseta del Hamburgo jugaría en las filas del Corinthians en las próximas tres temporadas.
Aunque se trata de un jugador decisivo para el equipo alemán, su conducta antideportiva fue noticia más de una vez en la prensa de este país.
Además de su aerofobia, que le impidió incorporarse puntualmente en 2010 a los entrenamientos del Hamburgo, Guerrero fue sancionado en marzo pasado con ocho jornadas de suspensión por una dura entrada al guardameta del Stuttgart, Sven Ulreich.
Anteriormente, Guerrero fue condenado a pagar a una organización caritativa 100.000 euros tras ser encontrado culpable de lesiones personales al lanzar en abril de 2010 una botella de plástico llena de agua contra un aficionado que lo había insultado tras un partido.