"Por fin lo tenemos", se congratuló este domingo José Mourinho, el nuevo entrenador de los 'Diablos Rojos' confirmando oficiosamente el fichaje. "Se une a un equipo ganador, que ha ganado sus dos últimos partidos, uno en la Copa de Inglaterra (la temporada pasada) y el otro domingo. Debe trabajar duro para integrarse en el equipo", añadió el técnico portugués al micrófono de BT Sports al término de la victoria ante el Leicester (2-1) en la Community Shield. "Es increíble que un jugador tan bueno esté con nosotros. Creo que el Manchester United es el club perfecto para que alcance el nivel al que quiere estar", añadió.
Alrededor de tres horas antes de estas declaraciones del "Special One", el Manchester y la Juventus de Turín habían puesto fin a un largo suspense sobre la vuelta a Old Trafford del centrocampista francés. Ambos clubes indicaron que el jugador estaba autorizado a pasar el reconocimiento médico en Manchester, último formalismo para la oficialización de su fichaje.
Incluso en las redes sociales causó furor el hastag #Pogback (un juego de palabras que alude a la vuelta de Pogba).
En 2012, Paul Pogba, un joven prometedor con una técnica y un físico fuera de lo común, rechazó renovar su contrato con un grande de Inglaterra para tomar camino a Italia, a la Juventus de Turín, que no atravesaba su mejor momento. Su rol secundario en aquel entonces por detrás del veterano Paul Scholes fue el detonante.
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Cuatro años después, y con otros tantos 'Scudettos' en su palmarés, beneficiado por las enseñanzas tácticas de dos maestros como Antonio Conte y Massimiliano Allegri, con una final de Liga de Campeones y otra de la Eurocopa... Pogba regresa a Old Trafford con el estatus de titular indiscutible.
Su cuerpo atlético, su capacidad de jugar en largo, y el disparo lejano le convierten en un centrocampista idóneo para el fútbol inglés.
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Su fichaje, por una cantidad que es "una completa locura", según el técnico del Arsenal Arsene Wenger, es una nueva muestra de la potencia económica de los clubes de la Premier League.
Es 20 millones de eros más caro que el precedente fichaje más costoso, cuando el Real Madrid desembolsó 101 millones de euros para hacerse con los servicios del galés Gareth Bale procedente del Tottenham. Una situación posibilitada por el incremento de los derechos televisivos, y el consiguiente aumento de la capacidad de gasto de los clubes ingleses.
La presión del coste de su fichaje podría jugar en contra del centrocampista galo, aunque Pogba siempre se ha mostrado ambicioso, planteándose los retos de ganar un Mundial y el Balón de Oro.
Su discreta final ante Portugal en la reciente Eurocopa de Francia le costó el calificativo de 'fantasma' por el periódico italiano La Gazzetta dello Sport. Un precio a pagar por quienes muestran tan altos retos. Algo de lo que podrá hablar con su nuevo entrenador, José Mourinho.
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