Lo que ha pasado con Leonel Alvarez después de la derrota con Argentina me tiene abrumado: él, que era un ídolo nacional tanto por sus actuaciones como jugador como por su presencia mediática, al que antes de que nombraran a 'Bolillo' todo el país pedía como seleccionador nacional, el que fue recibido con vítores de esperanza después de que le soltaran el chicharrón peludo en que quedó convertida la Selección por el escándalo de Gómez, hoy para muchos es un bruto, un novato y lo peor que le pudo haber pasado a la tricolor. Sí, ser técnico de Colombia se convirtió en una hoguera donde cualquiera se quema. Hasta una leyenda como él. Y acá voy a meter las manos al fuego. Claro, Leonel Alvarez está biche y no es lo mismo ser técnico en una eliminatoria que ser un técnico debutante exitoso en una liga mediocre como la nuestra (recuerdo que cuando ganó la estrella con el Medellín en su primer torneo como DT en propiedad muchos los compararon con Guardiola... seguramente los mismos acelerados que hoy dicen que es un animal: así somos). Como tantas veces se ha dicho, hay una distancia enorme entre ser entrenador de club y ser seleccionador y Leonel lo está viviendo en carne propia: se le nota en la demora en los cambios, en la forma en que se conflictúa para resolver las alternativas que le plantea el rival (lo de Agüero en el segundo tiempo, por ejemplo, fue determinante), en que trata de tener un equipo dinámico y vertiginoso en ataque como lo era su Medellín, pero sin el orden propio de la nómina que ha trabajado repetitivamente; en que quiere imponer su voluntad por encima de todo para demostrar que no es un 'nuevón'... pero lo es. Sin embargo, yo estoy con ese 'nuevón'. Admito que algo de mi fe en Alvarez pasa por su pasado como jugador, porque creo que es el mejor volante de recuperación que ha tenido la Selección y porque, no lo voy a negar, el tipo me simpatiza. ¿Cómo no va a querer uno al técnico más colombiano que ha tenido la Selección? Leonel, con su pinta estrafalaria, su reloj que parece un tejo, su melena ochentera, su hablado sabroso ("¡listo papito, si es ya es ya!"), su presencia en realities y hasta por su comercial de la 'Cruz de Gólgota' es lo más colombiano que existe. Pero obviamente eso no lo hace merecedor del puesto de técnico de la Selección. Y ahí está el meollo de esto: Leonel Alvarez no debió ser el seleccionador nacional. Él estaba haciendo una carrera como asistente, estaba aprendiendo las lides del banquillo de una selección, estaba conociendo el trabajo que seguramente heredaría después del 2014, pero las acciones desafortunadas de Hernán Darío Gómez que condujeron a su inevitable y justa salida (porque olvídese, un personaje de su peso no puede hacer lo que hizo y voy a argumentar siempre en contra de la violencia de género), sumadas a una terrible falta de gestión de la Federación en traer a un técnico mucho más experimentado, dejaron a Leonel de cara a un reto terrible pero totalmente atractivo: clasificar a la Selección a Brasil 2014. No sé usted en su profesión o su carrera, pero si a mi me ofrecen dirigir France Football o ESPN, por más buñuelo que sea acepto el reto con emoción, ambición y, por supuesto, esperando no meter la pata... aunque es más que obvio que la voy a meter porque soy joven, mi experiencia es local y, aunque sé que soy bueno, todavía me falta 'pelo pa' moña'. Por eso acá no hay que señalar a Álvarez, acá los directos responsables son los que lo nombraron. Sí, una vez más la culpa es de los dirigentes. Y ese "una vez más" no va sólo porque mi Blog parece que pudiese llamarse "Gotas de veneno para la Federación Colombiana de Fútbol", es porque de veras son los responsables. Hagamos una lista y veamos cómo los dirigentes son los que nos han dejado por fuera de los últimos Mundiales: - En 1999 le apuestan a una renovación total en la Selección, nombran al prometedor Javier Alvarez, técnico aplaudido por todos por sus campañas con el Once Caldas, y a pesar de una Copa América muy interesante, lo despiden a comienzos del 2000 por el 9-0 que nos dejó por fuera de los Olímpicos de ese año. No tuvieron el carácter para respaldarlo y lo "quemaron". - En reemplazo de Alvarez nombraron a Luis Augusto García, que afrontó la eliminatoria y, a pesar de ofrecer un pobre espectáculo, nos tenía clasificados cuando fue destituido en 2001. Su salida, orquestada por la presión de Francisco Maturana (en mi tierra le dicen 'cajonear') llevó al gran 'Pacho' al banquillo. Maturana ganó la Copa América (bien), pero desaprovechó los puntos conseguidos por el 'Chiqui' y no fuimos a Japón y Corea 2002 (muy mal). - A pesar de ese fracaso (porque ojo, hasta el momento Leonel no ha perdido sino un partido y hablar de fracaso es una exageración salida de toda proporción), Maturana siguió en su puesto y comenzó la eliminatoria a Alemania 2006. Con un solo punto en cuatro partidos los dirigentes se dieron cuenta de que habían perdido la oportunidad de generar un cambio y, con el camino empezado, sacaron a 'Pacho' y pusieron al joven y prometedor Reynaldo Rueda, que había hecho maravillas en las juveniles. La campaña de Rueda fue notable y no fuimos a la Copa del Mundo de 2006 por un punto (¡gracias Matu!). Aún así, los dirigentes prefirieron salir de él, no tuvieron carácter y lo 'quemaron' (¿dejá vu?). - En el lugar de Rueda pusieron al técnico de moda en el 2006: Jorge Luis Pinto, campeón con el Cúcuta. Pinto tuvo una catastrófica Copa América en la que se agarró con todos los jugadores referentes, pero aún así (y sin ellos) logró un muy buen arranque de eliminatorias. Sin embargo, los dirigentes no fueron capaces de mediar entre el técnico y los jugadores, y estos, aburridos de su forma de dirigir grupos, terminaron sacando al entrenador... ¿cuál fue la solución de los dirigentes? Hacerse los de la vista gorda con el empoderamiento de los jugadores, quemar al técnico y, de paso, quemar a otro técnico que también prometía: Eduardo Lara. - Analicemos el caso Lara. El pobre llegó a la selección mayor con el prestigio ganado en las menores, pero sabiendo que él no iba a mandar en el equipo. Su detestable frase "yo soy solo un empleado de la Federación", mostró desde el comienzo que en la tricolor iban a mandar los dirigentes, algunos empresarios y los jugadores. ¿Resultado? Otra vez eliminados de un Mundial (Sudáfrica 2010), otro técnico quemado y, sí señores, los dirigentes muy tranquilos y sin que les pasara nada. ¿No están mamados ya de que los dirigentes quemen técnicos, quemaran a toda una generación de buenos futbolistas (Juan Pablo Angel, Jairo Castillo, Miguel Calero, Freddy Grisales, David Ferreira, etc.), nos tengan sin saber qué es estar en un Mundial desde 1998 y, en últimas, no les pase nada? Yo sí, por eso sigo recordando sus errores: le apostaron a 'Bolillo' Gómez (hecho que critiqué desde el comienzo pero al que le tengo que reconocer que venía haciendo un trabajo interesante) y luego no supieron manejar la crisis de su agresión a una mujer y dejaron muy en claro que en ese comité ejecutivo nadie tiene carácter y que sólo importa el signo pesos. Porque en eso de firmar contratos con varios ceros sí que es bueno Luis Bedoya. En lo que no es bueno es en buscar a un técnico experimentado y su pésima gestión para contratar a Martino (algo inexplicable pues estaba sentado en un barril de dinero gracias al Mundial Sub-20 y los nuevos contratos con Telefónica y Home Center), lo dejó con la carta fácil de ofrecerle el puesto a Leonel que, como ya dije, inexperto pero entusiasmado, aceptó gozoso y sabiendo que corría el riesgo de cumplir la sentencia de todo técnico que acepte trabajar para nuestros dirigentes: quemarse. Lo peor es que los que mandan en nuestro fútbol muy seguramente van a terminar quemando a Alvarez. A esta hora, mientras yo escribo esta perorata y usted la lee, uno de los amos de nuestro balompié, uno que ya no tiene bigote, hace lobby con los patrocinadores de la Selección para que los que ponen la plata admitan de nuevo a Hernán Darío Gómez. Alvarez es el más inexperto de todos los técnicos que participan en la eliminatoria sudamericana y eso lo sabíamos todos cuando lo nombraron, absolutamente todos: desde los dirigentes (que supuestamente para ayudarle nombraron a Julio Comesaña quien, si no es escuchado por el DT debería aceptar que su puesto es realmente inútil), hasta los periodistas (sobre todo los que en estos días lo están volviendo pedazos, pero que el día de su nombramiento lo recibieron con apluasos y hablando de "aires de renovación"). Los hinchas, claro, no están para paciencia. Ellos (nosostros, porque uno también tiene su corazoncito) quieren que su Selección le gane a Argentina, que vaya al Mundial, que todos volvamos a celebrar, y con obvios motivos critican que el técnico tenga que aprender su oficio sobre la marcha. Porque es el colmo, es una tortura, pero así va a ser. A menos de que la Federación haga lo de siempre, queme a Leonel y nombre a otro (¿Bolillo otra vez? Ay dios...), nos toca aceptar que la mejor carta inmediata es esperar que en estos siete meses que nos separan de las próximas jornadas eliminatorias se trabaje mucho, se corrijan errores en el manejo de los tiempos del partido y que el DT adquiera cancha con su grupo de jugadores (que ya lo tiene) en múltiples amistosos que, eso sí, ojalá sean de peso y sirvan para algo. Porque si esa va a ser la carta (sería la mía, la verdad), por lo que hay que rezar es para que los señores de la Federación dejen de conspirar, pongan la cara, den un espaldarazo a la apuesta que hicieron sin mayor convicción hace un par de meses y busquen partidos amistosos serios, varios, para que Leonel pueda trabajar. Esos que hoy creen que Alvarez es el peor técnico del mundo se olvidan de que , antes de estos tres partidos oficiales, sólo había dirigido a Colombia en un par de amistosos que, como buenos juegos firmados por la Federación, fueron una payasada: Honduras y Jamaica. Y si los amistosos que va a tener Colombia en estos seis meses van a ser de nuevo contra equipos así, ni el técnico ni los jugadores van a tomarse con seriedad el proceso en el que hasta ahora se están metiendo. Pero bueno, eso no le importa de a mucho a los dirigentes. A fin de cuentas, mientras todos discutimos que si Leonel esto y que si la Selección lo otro, ellos siguen sentados en sus poltronas, afeitándose de vez en cuando sus bigotes y sabiendo que acá se quema a cualquiera después de usarlo. A cualquiera, menos a ellos... Si quiere que sigamos discutiéndolo en Twitter, sígame en http://twitter.com/PinoCalad PD: Mucho ojo a lo que pase estos días en el Once Caldas. El equipo ya debe más de dos meses y medio de salarios, incluso pagó la última quincena con cheques chimbos (¡qué tal este nivel de descaro por favor!), y si Coldeportes hace cumplir la ley y lo sanciona (como al Cúcuta, que sancionado y todo juega valiéndose de recursos legales ), el blanco sería reincidente con lo que perdería definitivamente su reconocimiento deportivo y sería expulsado del campeonato... ¡Este tema está que arde!
Actualizado: enero 25, 2017 12:02 p. m.