El Real Madrid recuperó el pulso de la Liga sostenido por el talento y la inspiración del holandés Arjen Robben, y evitó un negro cierre de año, paliado con un sufrido triunfo ante el Valencia, que no decayó a pesar de jugar la última media hora con un jugador menos por la expulsión de Carlos Marchena.
Los tres puntos dan aire al conjunto de Juande Ramos, que de perder podía haber cerrado el ejercicio al margen de los puestos de Europa. El reencuentro con la victoria se la perdió el presidente Ramón Calderón, argumentada por su presencia en Japón.
La leve mejoría develada en el Camp Nou, donde el Real Madrid maquilló su imagen pese a la derrota, no sirvió para amortiguar las urgencias del equipo, necesitado de puntos para mantener el tipo en la carrera liguera. Las derrotas continuadas ante el Getafe, el Sevilla y el Barcelona han dilapidado el margen de error blanco.
Robben se hizo notar desde el principio. La primera ocasión en la que tuvo el balón controlado, la primera en que encaró, sorteó a dos defensas. Asistió a Gonzalo Higuaín que lanzó fuera del alcance del meta brasileño Renan Brito.
El undécimo tanto del atacante argentino encarriló la situación para el conjunto blanco. En tiempos de sobresaltos el conjunto de Juande Ramos gozó de la iniciativa en el marcador. Un asunto abandonado en las últimas citas ligueras del Real Madrid.
Del exterior holandés fue la segunda aproximación seria de los locales. No buscó el pase, sin embargo, y su disparo fue adivinado por el portero sudamericano.
Y es que con Robben activo, Ramos recurrió a las bandas. Con Royston Drenthe por la izquierda. Desechado quedó el argumento empleado en el Camp Nou, donde dada la precariedad de efectivos, la firmeza defensiva fue su prioridad.
Rafael Van der Vaart también se sintió a gusto. La ausencia de Raúl González del once inicia, mermado por la gripe que padeció durante la semana, permitió al holandés ocupar la segunda punta. Lo prefiere Van der Vaart, reclamado más por los técnicos blancos para formar parte de la parcela ancha. Su rendimiento ha sido puesto en entredicho. Lanzó al palo al cuarto de hora un balón con pinta de gol.
Ocupó más campo el Valencia después. Buscó más a Joaquín, que cuestionó la solvencia de Drenthe y Marcelo. Baraja y el portugués Manuel Fernandes adelantaron sus líneas. Juan Manuel Mata se dejó ver en una falta que se marchó fuera por poco y David Villa en un remate que desvió Casillas. Antes, sin embargo, el Real Madrid pudo ampliar su renta con una jugada magistral de Robben, sacada bajo palos por un zaguero visitante.
Villa, reclamo en el Bernabeu por las especulaciones y respuestas de su presunto fichaje blanco, marró dos claras oportunidades antes del descanso. No hubo 'guerra de sietes'. Dada la suplencia del madridista.
El partido perdió el orden con premura. Agitado por el Valencia, que animó su apuesta en cuanto comprobó la falta de compostura de su rival en defensa. El cerco a Iker Casillas se estrechó y el Madrid empezó a perder el balón y el sitio en cualquier percance.
Fernandes dio el primer aviso en el arranque de la segunda mitad y Villa, con un tiro que dio en el palo, el segundo. Salió crecido el Valencia. Convencido de salir airoso del Bernabeu.
El empate se vio venir cuando Casillas evitó el primer gol en un remate de Rubén Baraja, a bocajarro. El capitán de la selección española desvió con una mano y el palo hizo el resto. Guti pudo sentenciar a continuación. Pero frenó un contraataque cuando encaraba sólo a Renan. E Higuaín echó fuera un balón con la portería desierta.
Carlos Marchena dejó a su equipo con diez en el peor momento. Midió mal una entrada a Robben y vio su segunda amarilla. Tres minutos antes ya había entrado David Silva. Y también el canterano Miguel Palanca en el Real Madrid.
No sentenció el cuadro de Juande Ramos. Higuaín desperdició cada asistencia de Robben. Algunas imposibles. Como la de Guti, que mandó alto un balón a puerta vacía y que pudo cerrar el partido.
Atlético continúa imparable
El Atlético de Madrid sumó su decimoquinto partido consecutivo en todas las competiciones que participa sin conocer la derrota y, en Barcelona, sumó un nuevo triunfo ante un Espanyol que vendió cara la victoria visitante, aunque se hunde tras el 2-3 en un año para olvidar.
Dos goles de Maxi López, que fue muy increpado por el público en su regreso a Barcelona, y un sensacional tanto del 'Kun' Agüero, que volvió a ser resolutivo para su equipo, al conseguir un segundo gran gol en una acción que remató hasta tres veces el balón contra la portería del Espanyol, dan al conjunto madrileño la eventual segunda plaza.
El conjunto barcelonés había dignificado con un gran partido su nefasto 2008 (sólo ha ganado siete partidos de Liga) hasta que la estrella del Atlético de Madrid se encontró con el balón en los pies, tras una lucha titánica de Sinama, y realizó una sensacional jugada que condenó a un Espanyol a seguir viviendo en el pozo de la Liga. Posteriormente marcó Maxi el tercero y en tiempo de añadido Valdo dejó el 2-3 final.
Había hecho muy poquito el Atlético de Madrid en el arranque de partido, pero eso nunca es problema para que el 'Kun' sacara petróleo en una acción en el minuto 7 en la que se aprovechó del resbalón de un defensa para poner la pelota a Assunçao.
El mediocampista portugués desaprovechó la ocasión de gol, aunque sin embargo el balón cayó en los pies de Maxi, quien marcó (0-1) de un zapatazo tras disponer de unos segundos para colocarse a placer el esférico.
Para el Espanyol, el tanto encajado resultó un bofetón del que tardó largos minutos en sobreponerse; tiempo en el cual el Atlético de Madrid apenas se sintió incómodo en el campo por el empuje instantáneo que suele venir del equipo local cuando encaja un tanto. Nada de eso ocurrió.
Al centro del campo españolista le costaba mover el balón no sólo con velocidad, sino con precisión. Arriba, Coro y Callejón pedían lo imposible; disponer de un balón franco.
El Espanyol rompió el letargo en el minuto 14 en un disparo durísimo de Callejón que Leo Franco desvió, después de una marca defectuosa de Pablo con el delantero españolista. Fue la acción que despertó al conjunto de Mané, ya que a partir de entonces entró con más convicción con la pelota en el terreno colchonero. El Atlético de Madrid retrasó las posiciones y dejó mover a su rival en busca de un segundo aguijonazo en un contragolpe.
Esta acción del Atlético de Madrid pudo llegar en el minuto 32, cuando el 'Kun', que en el 23 recibió una entrada por detrás de Moisés Hurtado que no vio el árbitro, se plantó sólo ante Kameni tras un estrepitoso error de Jarque, y falló en el disparo. En un intento desesperado, Jarque intentó derribar a Agüero, pero el argentino aguantó la vertical.
Superado el segundo susto, el Espanyol se encaminó hacia la jugada que le concediera el empate. Hasta tres acciones claras de marcar (remates de cabeza de Luis García y Callejón, y un disparo de éste en un contragolpe), pero en ninguna el equipo barcelonés encontró el antídoto para evitar entrar en el vestuario con las manos vacías.
En el segundo tiempo, Agüero dio en el primer minuto un aviso de lo que sería capaz de hacer en la recta final del choque, aunque en el 46, sólo ante Kameni, le envió el balón al cuerpo.
Fue la única acción de la que disfrutó el equipo de Javier Aguirre en muchos minutos, ya que el Espanyol apretó lo suyo hasta tener controlado a su rival.
Sergio Sánchez marcó el gol del empate tras un durísimo disparo y el Espanyol creyó que, después de su última victoria contra Osasuna (1-0) el 2 de noviembre, rompería una racha nefasta sin ganar. Pero aún estaba por llegar el momento letal del Atlético, que antes del gol de Agüero envió un balón al travesaño.
Maniche, en el minuto 77, llegó a conectar dos disparos seguidos sin suerte y con la salida de Sinama el juego ofensivo visitante se vistió de otro ritmo, tras abandonar el campo un irreconocible Forlán.
Agüero marcó en una jugada marca de la casa, al tercer disparo en el minuto 81 (1-2), mientras que Maxi remató la faena con el tercer tanto (1-3), el segundo de su cuenta en el 90. Valdo, que había entrado justo en la jugada del 1-1, anotó el irrelevante 2-3, tras el cual acabó el partido.
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Madrid (España)