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Santiago Arias, sin minutos en la victoria 2-0 de Atlético de Madrid frente al Osasuna

Santiago Arias se mantuvo durante todo el partido en el banquillo. Por su parte el cuadro 'colchonero' con goles de Álvaro Morata y Saúl se mantuvo en el cuarto lugar de la Liga de España con 29 puntos.

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Sául y Morata le dieron el triunfo al Atlético contra Osasuna. Foto: Xaume Olleros / Gettyimages

El lateral colombiano se mantuvo durante todo el partido en el banquillo. Por su parte el cuadro 'colchonero' con goles de Álvaro Morata y Saúl se mantuvo en el cuarto lugar de la Liga de España con 29 puntos.

Ganador por insistencia, ocasiones y ambición, el Atlético de Madrid sumó una victoria tan indispensable como revitalizante en la Liga contra Osasuna, sostenido más allá de la hora de juego por un portero insuperable, Sergio Herrera, pero doblegado entonces por los goles de Álvaro Morata y Saúl Ñíguez.

Un triunfo convincente, que reflejó una realidad hoy indudable: el Atlético crece sin duda en los últimos partidos. Aún no tiene la pegada concluyente de un equipo de su nivel, pero ha dado un paso al frente en su ataque. Lo demostró contra el Barcelona, lo expuso en Villarreal, lo mostró con el Lokomotiv y lo confirmó ante Osasuna. También brilla Joao Félix, que jugó un primer tiempo estupendo.

La pugna por la Liga sigue muy lejos, pero es un comienzo y un impulso para el futuro a corto plazo del Atlético, que cerró el sábado dos puntos más cerca del Barcelona, a seis, a la espera de lo que haga el Real Madrid este domingo en Valencia, mientras estabiliza la mejoría que ha trazado en sus últimos compromisos.

Su triunfo sólo pospuso el incontestable portero Sergio Herrera, el muro que sostuvo al Osasuna o la causa por la que el Atlético no se fue al intermedio con una ventaja que probablemente merecía por juego y que indiscutiblemente mereció por ocasiones, pero en todas se cruzó un sensacional guardameta, con paradas de todos los tipos.

A cada cual mejor. A Joao Félix hasta en tres oportunidades, alguna de una forma asombrosa, por ejemplo cuando tocó lo justo para desviar el increíble cabezazo del futbolista portugués al larguero; a Lemar, a un volea de Saúl, a un trallazo lejano de Thomas... A todos los frustró con estiradas que mantuvieron vivo al Osasuna.

Cierto es que la primera intervención, también magnífica y salvadora, fue de Jan Oblak al potente tiro de Rubén García, en la interesante, valiente y ambiciosa puesta en escena del conjunto navarro, pero el resto del primer tiempo fueron de un enorme Sergio Herrera, con todo el mérito que supone ante un futbolista como Joao Félix, que desprende talento, desborde e ingenio en cada lance.

El Atlético ha logrado conectar con su fútbol a ratos en los últimos partidos. Es un plus incalculable para el ataque rojiblanco, porque Joao transforma cada transición que pasa por él en una amenaza, cada carrera en una alarma para la defensa rival, cada último pase en una invitación al gol y cada regate en un síntoma de caos para el que lo sufre sin más opción que la falta inmediata.

Ni siquiera la fricción es un obstáculo para un joven del que no hay duda de su futuro ni tampoco debería haberla en la actualidad. El desgaste apagó su destreza en el segundo tiempo, pero de su presente surge un Atlético que ataca mucho mejor que hace un mes. También quizá porque su ambición es también mayor que hace un mes cuando encara cada choque. No especula. Va a por el encuentro.

Y eso, por mucho que aún no disfrute con la contundencia ofensiva de un equipo de sus aspiraciones, es una garantía para sumar más victorias que empates -hasta ahora ha acumulado más igualadas que triunfos-. Este sábado ganó. Falló tantos o más goles que en otros choques, sobre todo el primer tiempo, pero insistió tanto en su ataque que, aunque fuera a la octava ocasión, halló la recompensa.

Lo hizo curiosamente cuando Joao Félix ya no era tan decisivo, cuando el cronómetro estrechaba el margen más allá de la hora de juego, en el minuto 67, y a balón parado. Tan simple como un centro medido desde la banda derecha de Kieran Trippier y un cabezazo certero de Morata, tan solo como cómodo en su remate en el área. A ésa ya no llegó Sergio Herrera, el mejor de su conjunto.

Antes había dispuesto también de alguna opción el Osasuna, que reclamó un penalti a Darko Brasanac antes del descanso y que tuvo el 0-1 en dos remates de Chimy Ávila en el segundo, en otra subida imponente de Pervis Estupiñan por la banda izquierda. En el lateral rival, el joven Manu Sánchez se estrenó con nota en el Atlético.

Después, no tuvo tiempo para la reacción, porque ocho minutos después ya estaba todo sentenciado. Una triangulación entre Saúl, Morata y Correa la culminó el internacional español para sellar la victoria, que reactiva al conjunto rojiblanco en una Liga en la que aún busca una regularidad más acorde al nivel que se le presupone.
 

- Ficha técnica:


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