El volante fue definitivo en el juego y el resultado en Quito. Un gol, asistencia y manejo durante el 0-2 sobre los ecuatorianos, en la fecha 14 de la Eliminatoria.
Las cámaras siempre buscan al número 10. Es costumbre que el jugador que porta ese dígito en la espalda sea el del talento, el de las ideas. Por eso se dice: la pelota siempre al diez. En Quito, no fue diferente para Colombia.
Desde el primer minuto de juego, James Rodríguez supo manejar el compromiso. Inclusive, parecía que no iba a ser definitivo: se reguló a la hora de recorrer la cancha, pidió el balón las veces que fue necesario.
Luego de una incursión de Miguel Ángel Borja por la banda izquierda, el volante del Real Madrid no utilizó su mejor perfil, pero estuvo en el momento y lugar adecuado para empujar el balón y marcar el primero (19 PT).
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¡Dispararon las cámaras! Ese tanto fue una consecuencia de que James pudiera jugar un poco más cerca del arco rival, y libre para ocupar los espacios vacíos en ataque. Un guiño de Pékerman para que desarrollara su fútbol.
Al minuto 33, también en el primer tiempo, de nuevo supo estar. Se escondió en la espalda de los defensas, como si fuera un delantero, y recibió de Edwin Cardona. Su pase, de zurda y cruzado en el área, lo aprovechó Juan Guillermo Cuadrado.
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James supo jugar. Con y sin balón. El equipo se movió a su ritmo.
Contra Ecuador el volante fue contundente: apareció las veces que fue necesario.
Pudo haber anotado otro tanto, pero se enredó a la hora de rematar. Sin embargo, con lo que hizo le bastó. Este sí fue un partido para la foto…