El enfrentamiento del Valencia y Málaga era de dos clubes contrapuestos. El Málaga con más poderío económico, siendo el tercer club que más gastó en fichajes, unos 15 millones de euros, y el Valencia, acuciado por la deuda, tuvo que vender a sus dos preciadas joyas, además del Campeón del Mundo, Marchena o el malagueño Alexis.
El Valencia más experimentado apabulló en los primeros minutos a un Málaga asustado. Banega y Albelda se imponían en el centro del campo a Sandro Silva y Fernando y las bandas tanto la izquierda de Vicente como la derecha de Joaquín eran más rápidas que sus marcadores.
Además, Mata, situado en la media punta hacía mucho daño. Suya fue la primera ocasión con un lanzamiento que frenó el guardameta Arnau. El equipo malagueño deambulaba por el campo, desordenado y con muchas carencias. El gol rondaba en la portería malaguista y llegó tras un saque de esquina que remató de cabeza Aduriz, en el minuto 9.
Los locales se veían impotentes para frenar a los valencianistas. En ataques esporádicos, sin orden, buscaron la portería de César, pero el Valencia sabe manejarse en estas situaciones perfectamente, sin cometer errores, dominando y jugando al contragolpe. El centrocampista argentino Ever Banega, pudo sentenciar con un disparo que hizo intervenir a Arnau.
El guardameta del Málaga es de los mejores de España en el uno contra uno y salvó el segundo gol cuando Mata, sólo, tras un pase precioso y preciso de Joaquín, remató raso al cuerpo de Arnau. Solamente Quincy en el conjunto albiceleste lo intentaba con su velocidad. Le ayudaba algo Eliseu y Rondón, pero poco más.
El empate era difícil que llegara, aunque el Málaga se quitó la presión y empezó a presionar mucho más arriba. El descanso rondaba, pero un debutante, el delantero uruguayo Sebastián Fernández, empató al saque de una falta, batió por bajo a César. Todo había cambiado.
El gol del Málaga le había aupado a los altares y el inicio de la segunda parte fue totalmente distinto. Ahora quería el balón que estaba muchos minutos en el campo valencianista, que se vio algo sorprendido, aunque su idea era velocidad y aprovechar algún error del contrario.
El partido había decaído de ritmo. Los dos equipos cansados jugaban de una forma parsimoniosa. Quincy, el mejor del Málaga ofreció un centro con clase que Rondón remató de cabeza y César, realizó la parada de la tarde desbaratando el gol con la mano derecha. Era el minuto 55.
Podía ganar cualquiera, porque a continuación, un fallo de Iván González y Weligton, dejó el esférico muerto dentro del área pequeña y Aduriz falló porque en medio se encontró nuevamente a Arnau.
Ferreira vio los problemas que estaba teniendo su equipo nuevamente en el centro del campo, y cambió a Apoño por Fernando. Pero no le dio resultado, porque la defensa del Málaga naufragaba. Joaquín se marchó por la banda izquierda y lanzó desde dentro del área grande tocando en un defensor y descolocando a Arnau, en el minuto 70.
El golpe fue duro e inesperado, pero la zaga estaba rota y el centro del campo no existía. El Valencia comenzó a jugar a placer y Joaquín nuevamente, en un balón suelto, lanzó fuerte y colocado, consiguiendo el tercer gol y la sentencia en el minuto 74.
Otro conjunto que consiguió los tres primeros puntos fue el Athletic con un gol de cabeza por parte de Fernando Llorente al Hércules. El conjunto de Joaquín Caparrós no jugó del todo bien pero alcanzó una victoria importante en la primera salida. Hércules trabajó duro pero no fue suficiente para arrancar con pie derecho en el torneo.
Asimismo, Sevilla se sacudió el disgusto de la reciente eliminación de la Liga de Campeones e inició con buen pie su andadura en la Liga 2010/11 con una cómoda victoria 1-4 ante un Levante que únicamente plantó cara durante el primer cuarto de hora y que anduvo falto de precisión y ritmo.
Rubén Suárez (minuto 10, de penalti) abrió el marcador para los locales, que, no obstante, vieron caer su ventaja muy rápido con Konko (12' y 62'), Negredo (28', de penalti) y Renato (88').