Daniel Torres una vez más demostró que más allá de ser un futbolista es un ser humano agradecido y por eso, ayer, en el Estadio Atanasio Girardot no solo fue a jugar su último partido con el Independiente Medellín sino también a agradecerle a la hinchada poderosa el apoyo.
Acompañado de su esposa y sus dos hijos en la cancha dio gracias e indicó que lo hacía de esta manera, ya que consideraba que nunca en sus triunfos estaba solo.
Luego invitó a repetir la oración a todos los asistentes al encuentro entre el DIM y La Equidad, que además para él era su juego número 100 con el Rojo de la montaña.
Aunque el encuentro estuvo apretado, terminó con una victoria para el equipo corazón.
Daniel viajará a Europa, donde jugará con el Deportivo Alavés, club que recientemente ascendió a la Primera División de España.