Al hombre de 67 años le cumplieron su último deseo, realizar una ceremonia con parranda en vez de luto.
Amigos de Eduardo Julio Márquez se armaron de música y alegría para despedirlo. Había muerto en medio de su labor de pesca.
La champeta y la papayera hicieron parte de este curioso funeral que llegó hasta el cementerio San Miguel y que cambió las lágrimas por la alegría.
"Eso lo pidió él en vida, que el día que él se muriera le hicieran fiesta, le pusieran champeta , porque él era un hombre muy alegre, espontáneo, muy divertido", dijo Emel Meza, uno de sus amigos.
Según Fajib Yacub, el párroco del cementerio, este tipo de muestras son comunes.