Cyril Fontayne, de 43 años, fue sorprendido con una bicicleta motorizada durante una carrera para amateurs en Dordoña, el pasado 1 de octubre.
El ciclista aficionado, declarado culpable de dopaje tecnológico por utilizar una bicicleta con motor eléctrico, fue sancionado con cinco años de suspensión por la Federación Francesa de Ciclismo (FFC).
Este es el segundo caso de fraude tecnológico después del protagonizado por una joven belga de 19 años en una carrera de categorías inferiores en los Mundiales de ciclocross en enero de 2016.
La sanción le fue notificada a mediados de enero por la comisión nacional disciplinaria de la FFC.
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El corredor recibió una "prohibición de participar directa o indirectamente en la organización o en el desarrollo de competiciones o eventos deportivos autorizados por la FFC durante cinco años", al igual que la prohibición de sacar licencia durante ese periodo.