Segunda oportunidad consecutiva para los velocistas en el Tour de Francia que vive su último día en Bretaña para dirigirse a los Alpes y recobrar el recorrido inicialmente previsto cuando la edición iba a comenzar en Copenhague.
En vísperas de la prematura contrarreloj que al día siguiente incluye algo más de 22 kilómetros, los ciclistas vivirán otra jornada de transición que difícilmente dejarán escapar los equipos de los llegadores.
Entre Redon y Fougères, recorrerán 150,5 kilómetros sin ninguna dificultad montañosa puntuable en el recorrido, aunque el perfil no es totalmente llano, está lleno de constantes subidas y bajadas.
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Además, la organización ha previsto y kilometraje corto, lo que augura una jornada más nerviosa que las habituales de transición hacia el esprint.
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