Cristian Arango tras lustrar zapatos y ser impulsador en locales de ropa en San Victorino, en Bogotá , hoy tiene su propia empresa que emplea a más de 900 personas.
Sin duda alguna, es un referente para las nuevas generaciones de emprendedores por lo que representan él y su marca, Zoe Company.
Este joven empresario, que tiene 30 años, empezó como lustrabotas en Samaná, Caldas, ganándose la vida cuando apenas era un niño.
Por azares del destino y gracias a su padre, se mudó a Bogotá con tan solo 13 años de edad.
La capital le abrió las puertas
La gran capital se convirtió en el punto de partida para un camino lleno éxitos, pero también de retos.
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“Los inicios míos fueron en un pueblo que se llama Samaná, Caldas, allí las oportunidades son muy complicadas y lo que hicimos fue hacerle a lo que fuera, incluyendo el trabajo de embolar zapatos y también cargar maletas en los buses”, recordó.
Tras pasar de jalador de locales comerciales en el popular sector de San Victorino, montó su primer negocio de ropa y allí superó toda clase de dificultades.
“Tenemos la idea de crecer, de tener de pronto nuestro propio negocio. En ese momento era lo que se tenía en el corazón, a pesar de ser un niño, se da la oportunidad de tener un local, obviamente contarlo requiere de mucho tiempo; arrancar con las uñas, como se dice popularmente”, dijo.
De trabajador a empresario
Cristian Arango hoy emplea a más de 900 personas, e inclusive su empresa, Zoe Company, ya pisa tierras ecuatorianas, internacionalizando la marca.
Durante la pandemia se crearon, según la Cámara de Comercio más de 220.000 empresas, como la de Cristian Arango.
En medio de la crisis social que vive el país, este joven visionario les envío una invitación a todos los que alzan su voz.
“A que nos podamos unir todos y podamos construir este país, yo sé que las cosas no están en la mejor manera, pero la invitación es que tengamos esa conciencia de que esto no lo cambia un presidente”, añadió Cristian Arango.
