Los lisboetas lograron por fin un triunfo de forma plácida y volvieron a dar motivos de confianza a su afición, decepcionada por los primeros resultados cosechados del equipo: Una victoria, un empate y una derrota era su pobre balance en los tres primeros encuentros de Liga.
El duelo supuso el estreno de Guilherme Siqueira, lateral ítalo-brasileño cedido por el Granada esta campaña y que se mostró muy activo hasta que fue sustituido por una lesión muscular, ya en la segunda parte.
También importante para el Benfica fue el regreso del delantero paraguayo Óscar Cardozo, muy aplaudido en el estadio de la Luz, después de un verano convulso en el que estuvo a punto de salir con dirección a Turquía.
El punta mostró su arrepentimiento públicamente por empujar a su entrenador, Jorge Jesús, en el último partido de la pasada temporada, y el técnico parece que ya vuelve a contar con él.
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Las ganas iniciales del Paços Ferreira por conseguir algo positivo fueron rápidamente contestadas por las ‘águilas', que apenas necesitaron cuatro minutos para adelantarse en el marcador.
El argentino Enzo Pérez, quien jugó en la posición de extremo, remató desde dentro del área a la red un buen centro llegado de la izquierda a cargo del brasileño Lima para dar tranquilidad a los suyos.
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Poco después, en el 23, una jugada ensayada al saque de una falta permitió al mediapunta serbio Markovic colocar un centro preciso que convirtió en el segundo gol del partido un defensa, Garay, quien se erigiría en la figura del encuentro.
El Paços, entrenado por el exinternacional luso Costinha, no levanta cabeza de momento pese a que mantiene a varios de los jugadores que formaban parte de la espina dorsal del equipo revelación de la pasada temporada, cuando terminó tercero en Liga, lo que le dio acceso a Europa.
Aunque ha perdido a varios nombres importantes, el conjunto norteño se ha reforzado con Bebé, uno de los más destacados este sábado y que estuvo a punto de anotar al filo del descanso.
Al comienzo de la segunda mitad, el Paços se acercó en el marcador gracias al portugués Rubén Ribeiro, quien aprovechó un gran pase de Sérgio Oliveira para irse en velocidad de Luisao y, con el portero rival a media salida, marcar el primero para los suyos.
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La alegría, sin embargo, les duró poco a los de Costinha, ya que Garay se encargó de abortar cualquier intento de remontada -y de paso tranquilizar así a la afición lisboeta- con un cabezazo inapelable a la salida de un córner.
De ahí y hasta el final, el conjunto ‘encarnado' no vio peligrar la victoria en ningún momento y se prepara ya para su estreno en Liga de Campeones, contra el Anderlecht belga.
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