Los dirigentes decidieron mantener el formato de torneos cortos (de 19 jornadas), que se disputan en Argentina desde mediados de 1992, pese a que en los últimos meses había sobrevolado la idea de regresar a los certámenes de 38 fechas.
La principal novedad del nuevo sistema es la eliminación de la promoción, como en Argentina se denomina a la repesca que por dos lugares en la Primera División juegan los dos equipos de la máxima categoría que ocuparon los puestos 17 y 18 en la tabla de promedios de las tres últimas temporadas contra el tercero y el cuarto del torneo de la Segunda.
Las series de promociones se disputaban desde hace 12 años y en una de ellas, en junio de 2011, el River Plate, uno de los dos equipos más populares del país, descendió a la Segunda División por primera vez en su historia.
Asimismo, los dirigentes decidieron que serán tres los equipos que bajen de categoría: dos por promedio (de las tres últimas temporadas) y el que menos cantidad de puntos haya cosechado a lo largo del año.
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En consecuencia, el torneo de la Segunda División, que mantendrá el formato de 38 fechas, otorgará tres ascensos directos a la Primera.
Entre otras decisiones, la AFA acordó que los ganadores del Apertura y el Clausura, además de a la Copa Libertadores, obtendrán un cupo en la Sudamericana.
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El campeón de la Copa Argentina de 2013 también se clasificará directamente a la Copa Libertadores.
"Estos cambios le harán bien al fútbol argentino", resumió el titular de la AFA, Julio Grondona, a periodistas que aguardaron la aprobación de estas reformas.
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