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El cuadro que entrena el francés Arsene Wenger pudo con la presión y siguió la estela del Everton, que el fin de semana derrotó a domicilio al Sunderland. Los tres puntos que sumó ante el West Ham permiten al cuadro londinense recuperar la cuarta posición.
Esta semana está siendo muy buena para Wenger. Después de alcanzar la final de la FA Cup el pasado sábado, mantiene una línea ascendente con una victoria importante para sus intereses en la Premier. Para conseguirla, tuvo que remontar un tanto de Matthew Jarvis, que, a cinco minutos del descanso, asustó al Arsenal tras una primera parte en la que ningún equipo dominó con claridad.
Sin embargo, la alegría duró poco para el bloque de Sam Allardyce, que no aguantó su ventaja y tres minutos antes del final del primer acto recibió el gol del empate, obra de Lukas Podolski, que aprovechó un gran pase de Santi Cazorla.
La segunda parte fue un monólogo del Arsenal, que dominó los segundos 45 minutos sin dar un respiro al West Ham. Con ese guión, la película pronto fue acabándose con un final favorable para los pupilos de Wenger, que marcaron el segundo gol por medio del francés Olivier Giroud.
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Fue de nuevo Podolski, a doce minutos del final, quien sentenció el duelo con un trallazo desde dentro del área. Su tanto completó un marcador en el que brillaron Cazorla y Mikel Arteta. Ambos manejaron a la perfección los tiempos del Arsenal, que vuelve a ocupar plaza de Liga de Campeones.
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