¿Usted sería capaz de bajarse el sueldo voluntariamente para ayudar económicamente a su empresa? Piénselo bien. Medítelo unos segundos. Si asiente positivamente es porque en realidad la quiere mucho -quizá más de lo que deba-. Si no es eso podría ser porque tiene gorda la cuenta bancaria o porque es un mártir que está dispuesto a morir por el bien ajeno. De los últimos no quedan tantos. De los adinerados en nuestro fútbol hay menos. Amar una empresa es más bien complicado. Y si se trata de un equipo de fútbol, salvo para los hinchas, es más difícil, ya que es muy extraño que un jugador (o un técnico) permanezca varios años plantado en el mismo sitio. No se trata generalmente de una relación duradera. Si acaso de amor a primera vista. Dicen que el presidente de Santa Fe, César Pastrana, habló con los jugadores para encontrar solución a los problemas de plata. Con pinta de samaritano se acercó y los conminó a aceptar menos salario hasta la primera quincena de noviembre, cuando termina la fase ‘todos contra todos’. Los pesos que los jugadores dejarán de percibir serían devueltos a final de año, si es que el equipo clasifica a los cuadrangulares. Hoy el conjunto cardenal es líder, mañana no sabemos. De la probabilidad parte la promesa del presidente. Pastrana bajó así la renta mensual de 500 a 340 millones y cree que la “platica” se recogerá con la taquilla de dos partidos de la fase semifinal. Ese sí que es un tiro al aire. La hinchada de Santa Fe es la más diminuta, por actitud y número, de los equipos tradicionales de Colombia. ¿Y si el equipo no clasifica? ¿Y si la gente no va al estadio, como suele suceder? ¿Los jugadores pierden la plata y ya? ¿Qué pasa entonces? ¿Se bajará el sueldo la junta directiva de Santa Fe o el cuerpo técnico para pagarles a los jugadores? ¿Sería capaz esta gente de hacer algo así? ¿Copiarían el ejemplo los demás directivos de los equipos que también andan penando en su pobreza, como Pereira, Quindío, América, Once Caldas y Cali? ¿Lo harían? Ante la respuesta hipotética lo que se ve de los jugadores de Santa Fe es plausible, aunque es difícil creer que todos aceptaron de buena gana la invitación de Pastrana. Eso se nota a leguas en algunas declaraciones (Ver video ). Algunos habrán dado una mano con amor o resignación, pero estos caminos no son bienvenidos, como sí un aumento. El despido es más digno que la rebaja de la paga. Recibir la mitad de los billetes por el mismo trabajo y las mismas exigencias del pasado es desmoralizador. Más delicado, claro está, es quedarse sin trabajo y por eso se prefiere lo primero, por necesidad. En Santa Fe no se quiere hacer drama de un hecho gravísimo para el fútbol colombiano. Para su bien, que clasifique a los cuadrangulares, sea campeón con valiosos jugadores y pague lo que debe. Si las cosas le salen mal no es porque los futbolistas sean ‘mercenarios’, como vituperan a veces los hinchas desde las tribunas. Esto del fútbol a veces no es del amor a la camiseta sino de jugar bien para ganar mejor.
Actualizado: enero 25, 2017 02:42 p. m.