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Con un juego elaborado que pecó de condescendencia, los alemanes perdieron el primer puesto del grupo en favor del Mónaco, que acabó por sumar 11 puntos, uno más que el Leverkusen.
El Benfica, por su parte, cerró como colista del C, con cinco puntos, dos menos que el Zenit, tercero y clasificado a la Liga Europa.
Un desangelado estadio de La Luz recibió a alemanes y lisboetas en una lucha de motivaciones desiguales. El Leverkusen jugaba por mantener el primer puesto del grupo C, mientras que el Benfica, último de grupo y eliminado de la Liga Europa, peleaba por limpiar el honor con un triunfo por el que además se embolsaría un millón de euros.
Con un equipo en teoría de segunda fila con sólo un titular habitual, el brasileño Rodrigo Lima, los locales mostraron más servicio que los visitantes durante el primer periodo.
Organizado en torno del balón y de su cerebro germano-turco Hakan Calhanoglu, el Leverkusen se llegó a sentir a merced de la calidad de los suplentes del Benfica, especialmente de la del holandés Ola John o del portugués Pizzi, deseosos de mostrarse ante su entrenador Jorge Jesús.
Prueba de ello, fueron dos claras ocasiones de Lima, una en el 10', cuando su remate franco tocó en el larguero, y otra en el 41', con un disparo ajustado en demasía.
Por el lado más necesitado, el alemán, sólo hubo algunas cosquillas a una remozada e inédita defensa del Benfica.
El entrenador del Leverkusen, Roger Schmidt, no deseaba estar pendiente de lo que sucediese entre el Mónaco y el Zenit y dio orden de atacar con más ahínco en el segundo tiempo.
Comprimió las líneas y las subió con el objetivo de arrinconar a sus rivales ‘encarnados'.
Resultado de una serie de contraataques, Calhanoglu llamó a Artur Moraes, sustituto de su compatriota Júlio César, a intervenir con un remate centrado y el lateral derecho Hilbert casi anota de carambola en un rechace de Artur.
Los alemanes, surtidos de talentos ofensivos en el medio campo como el alemán de la nueva generación Karim Bellarabi, estaban mejor situados que el Benfica, pero seguían sin concretar su dominio en remates a puerta.
Algo condescendientes y siempre evitando los pelotazos, marearon el balón en las cercanías del área local en un alarde de paredes y apoyos por el que no recogían frutos.
Pero fue el espigado brasileño Talisca, que jugó la última media hora, el que casi los recoge en un disparo desde fuera del área.
Bellarabi probó a Artur en otro disparo duro, mientras que el central brasileño César respondió por el Benfica con remate de cabeza por encima del larguero.
Imponentes y ya relegados al segundo puesto de grupo por el triunfo del Mónaco, los germanos jugaron la prórroga con un jugador menos por la expulsión en el 91' del defensa Toprak.
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