El Bayern, que el martes recibirá al Arsenal en la Liga de Campeones, se encontró desde el comienzo con un rival rocoso que llevó desde el primer instante el partido al terreno de lo físico y se cerró atrás, defendiendo con sus diez jugadores de campo.
Ante ello, los dirigidos por Pep Guardiola buscaron soluciones en la circulación de balón. Aunque el orden de cuadro local complicó las llegadas al área y las ocasiones de gol.
La primera jugada del partido fue una especie de declaración de intenciones del Eintracht cuando Stefan Aigner, a los 20 segundos, le hizo una ruda entrada a Rafinha que le valió la tarjeta amarilla.
En los primeros 45 minutos, pese a su clara superioridad en la posesión de pelota, el Bayern sólo generó una ocasión clara, con un cabezazo de Arturo Vidal, a centro de Arjen Robben, que el meta Lukas Radetzki tuvo que desviar a saque de esquina.
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El segundo tiempo empezó con una gran oportunidad para el Bayern cuando, tras un error de Carlos Zambrano, Radetzki salvó ante Douglas Costa.
Sin embargo, la tónica general de la segunda parte fue una clara mejoría del Eintracht que, además de seguir realizando un buen trabajo defensivo sino que empezó a explotar el contragolpe y llegó a producir cierta zozobra en el área bávara.
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En el 54 hubo una ocasión clara para el local, tras un error de Manuel Neuer que despejó mal y dejó el balón en los pies de Marc Stendera. Sin embargo, Neuer corrigió su propio error con una buena parada.
El Bayern pudo lograr la victoria. La tuvo en los pies del polaco Robert Lewandowski que remató desviado, sólo ante Radetzki tras un gran pase de Robben.