El delantero de Puerto Colombia, Atlántico, entró al minuto 67 por Manu Trigueros pero no tuvo opciones claras de gol frente al arco de Marc-André Ter Stegen.
En el mejor partido como barcelonista de Ousmane Dembélé, el Barcelona resolvió con problemas su enfrentamiento ante el Villarreal (2-0), con goles de Gerard Piqué y de Carles Aleñá, que de esta manera estrenó su cuenta con el primer equipo azulgrana.
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No fue un partido fácil para el conjunto catalán, que necesitaba ganar después de que en los dos partidos anteriores (Betis y Atlético de Madrid) los de Ernesto Valverde solo hubieran sumado uno de los seis puntos en juego.
Y le costó mucho al Barça. No es un secreto que le falta velocidad de balón, pero también confianza en su juego. Los rivales, con muy poco, llegan sobre la meta de Ter Stegen y la fluidez ya no es la seña de identidad de los azulgranas.
Con el mismo once que ganó hace unos días en Eindhoven sin ofrecer buenas sensaciones, Valverde repitió guión. Su equipo estuvo un poco más sólido atrás, pero con muchos problemas en la creación.
No concedió mucho en defensa, pero si Gerard Moreno hubiera acertado en la única ocasión que tuvo (min.13), los amarillos se hubieran adelantado en el marcador, pero el remate del delantero catalán, después de aprovechar las dudas de Lenglet y de ter Stegen, dio en un palo de la meta local.
La suerte de los locales este domingo fue Ousmane Dembélé, que leyó muy bien el partido. Sin opciones de jugar por la izquierda, donde la dupla Alba-Coutinho tuvo muchos problemas para superar a Mario Gaspar y al rapidísimo Samuel Chukwueze, que le dio aire en defensa y en ataque al equipo de Javi Calleja.
Con Leo Messi de falso nueve, Dembélé vio que por la derecha, con la ayuda de Semedo, podía llegar el desequilibrio y llegó. En el primer tiempo, al margen del francés, volvió a lucir Leo Messi, que tuvo un par de acciones, sobre todo una en el minuto 39 que pudo ampliar la ventaja en el marcador.
En el último cuarto de hora, los azulgranas estuvieron mejor. Dembélé, después de una gran jugada colectiva, pudo inaugurar el marcador, pero un defensa sacó el balón en el área pequeña.
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En la siguiente acción, sin embargo, un centro muy tenso del francés fue rematado por Gerard Piqué para adelantar a su equipo (min. 36). Al Barça le faltaba sumar efectivos a su juego, Coutinho estuvo muy intermitente, Arturo Vidal mejor en la presión que en la llegada y Busquets y Rakitic no le dieron la velocidad de balón para desestabilizar el juego posicional del Villarreal.
Los amarillos, mientras tanto, lo confiaron todo a acciones de desborde de Chukweueze, alguna aproximación de Pedraza y de Fornals por la izquierda y a la lucha de Gerard Moreno.
Visto que el Barça no estaba fino, el Villarreal decidió adelantar sus líneas unos cuantos metros y los de Javi Calleja tuvieron el control de la situación en el primer cuarto de hora del segundo tiempo, aunque sin ocasiones claras y dejando más espacios atrás.
Bacca entró por Trigueros y Aleñá por Arturo Vidal, un cambio que no gustó a la grada, pero el escenario no cambió. El Villarreal no llegaba y el Barça, tampoco.
Y a diez minutos para la conclusión, los dos técnicos buscaron piernas frescas en ataque, con Toko Ekambi y Malcom por Gerard Moreno y Coutinho, respectivamente, y salió ganando el Barça, que tuvo más el balón y busco el desequilibrio de Dembélé, que fue el único que ofrecía soluciones a la ofensiva azulgrana.
Pero al final, quien decidió fue Messi, en prácticamente la única acción de mérito que hizo en el segundo tiempo. El argentino le dio un pase maravilloso a Carles Aleñá y el canterano eligió el mejor momento para marcar su primer gol en Liga con el primer equipo y matar el partido después de batir a Asenjo con un toque sutil en el minuto 87.