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Contra todo pronóstico, vigilante ganó la Maratón de Boston y así cambió su vida

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"No tengo palabras para describir cómo me sentí", revela Yuki Kawauchi. Su increíble historia emociona al mundo.
Sin entrenador ni patrocinadores, este japonés dio la sorpresa en uno de los eventos deportivos más importantes del planeta.
Kawauchi, de 31 años, declaró recientemente: "estoy meditando renunciar como funcionario a partir de abril del próximo año y convertirme en profesional (del maratón). Quiero usar el dinero del premio para poder hacer eso".
En un país donde se valora la modestia y el trabajo duro, el perfil del atleta, empleado en un colegio de Saitama, suscita una gran admiración.
Hasta ahora se veía privado de poder participar en las carreras de la primavera boreal, en París o Róterdam, entre otras, por los eventos que su escuela organiza en esa época, como la entrega de diplomas.
Kawauchi se embolsó 150.000 dólares cuando se convirtió en el primer japonés en ganar la carrera desde 1987, precisamente el año de su nacimiento.
Su victoria sorprendió a todos en el día más frío de las últimas 30 ediciones, con lluvia constante y fuertes vientos.
Al convertirse en profesional, el atleta nipón afirmó que espera competir con los mejores del mundo y superar su mejor marca, de 2 horas, 8 minutos y 14 segundos, algo que no ha podido lograr en los últimos cinco años.
"Al menos que cambie mi entorno, no seré capaz de mejorar mi mejor marca. Como corredor japonés quiero competir con los mejores talentos del maratón por todo el mundo", afirmó.
"Vi la bandera de Japón ondeando en el cielo de Boston. No hay nada como eso. Estaba muy feliz. No tengo palabras para describir cómo me sentí", explicó.
El premio le permitirá centrarse en el entrenamiento durante tres o cuatro años, dijo Kawauchi, cuyo hermano es ya profesional de la larga distancia.
Pero Kawauchi se comprometió a seguir al menos un año en su trabajo en la escuela, para poder así celebrar el centenario del centro educativo.